Colaborador Invitado

Retos y perspectivas del sector automotriz para el cierre del 2022

El automóvil sigue siendo el modo preferido para la mayoría de los consumidores, y el vehículo eléctrico está como la opción principal de automóvil nuevo de la mayoría de los compradores.

Francisco Bautista, socio líder de Segmento de Manufactura Avanzada y Movilidad de EY

Derivado de la pandemia de Covid-19, los desafíos geopolíticos y el impacto de la emergencia climática en la vida de los consumidores, muchos mercados clave para el sector automotriz e industria manufacturera han resultado afectados y se han visto en la urgente necesidad de modificar sus estrategias como un proceso de adaptación y resiliencia, y no es de sorprender que el resurgimiento en la movilidad del consumidor no se ha materializado de la forma en que la industria lo podría haber deseado.

Con el principal objetivo de conocer las tendencias de consumo en materia de movilidad, en EY presentamos los resultados de nuestro estudio Mobility Consumer Index, el cual brinda grandes revelaciones para la industria, entre ellas que los consumidores continúan viajando menos que antes de Covid-19, pero su preferencia por el automóvil, y los vehículos eléctricos en particular, es cada vez más fuerte.

Lo anterior nos deja ver que contar con un automóvil personal es de suma importancia para los consumidores, y a pesar de que los niveles generales de viajes continúan siendo menores a los números prepandémicos, más de la mitad de nuestros encuestados respondieron que tienen la intención de comprar un automóvil, inclinándose por vehículos híbridos, híbridos enchufables o, incluso, totalmente eléctricos.

Por su parte, la movilidad compartida (viajes y autos compartidos, así como alquiler de autos) también se ha visto afectada por el Covid-19; ejemplo de ello es que en América del Norte, y a nivel mundial, esta tendencia ha experimentado una reducción, 11 por ciento y 4.0 por ciento respectivamente. Sin duda alguna, un cambio de suerte impulsado principalmente por preocupaciones sanitarias, el aumento de los costos de los viajes y la reducción de la disponibilidad.

A pesar de que el panorama pueda parecer gris, las preferencias de los consumidores representan una oportunidad para que los fabricantes de equipos originales y los distribuidores sigan acelerando la transición a los vehículos eléctricos.

Es de suma importancia contar con diversos enfoques por parte de los formuladores de políticas, quienes deben sustentarse en las preferencias de los consumidores por vehículos eléctricos; desincentivar el uso de motores de combustión interna, especialmente en entornos urbanos; e incentivar fuertemente el transporte público a corto plazo para fomentar un mayor uso.

Todavía hay mucha incertidumbre, pero ahora están surgiendo algunos candidatos para el cambio secular. El trabajo híbrido y desde casa parece haberse arraigado en muchos mercados, por lo que es probable que los desplazamientos se conviertan en una actividad semanal en lugar de diaria. Mientras tanto, los estilos de vida digitales se han establecido y están teniendo un efecto amortiguador similar en los viajes no relacionados con el trabajo. Sin embargo, el automóvil sigue siendo el modo preferido para la mayoría de los consumidores, y el vehículo eléctrico está emergiendo rápidamente como la opción principal de automóvil nuevo de la mayoría de los compradores.

Pero si el panorama de la demanda se está solidificando, la oferta es otro asunto. Las cadenas mundiales de suministro de automóviles ya se han visto afectadas por retrasos y escasez, especialmente en el mercado de semiconductores, y ahora se ven sacudidas aún más por los conflictos geopolíticos y la interrupción económica y logística que continúa extendiéndose. Los desafíos más difíciles para los fabricantes de equipos originales y los concesionarios en los próximos meses pueden estar relacionados con el suministro de suficientes automóviles para satisfacer la creciente demanda.

Si bien la pandemia ha cristalizado el comportamiento del consumidor en torno a una preferencia por los vehículos eléctricos combinados con opciones de viaje más conscientes y, en general, niveles más bajos de movilidad para la industria automotriz, ha creado un dilema completamente nuevo en torno a la oferta. Es posible que se deban tomar decisiones difíciles sobre si priorizar los vehículos eléctricos y las transmisiones híbridas, o modelos premium sobre vehículos más asequibles, pero de menor margen.

Avanzar hacia la recta final del 2022, y con miras al 2023, puede no ser solo preguntar al consumidor “¿Qué tipo de autos quiere comprar?”, sino también que la industria se pregunte “¿Y qué debemos hacer si no podemos fabricar suficientes?”

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