Por Jeong-in Suh, Embajador de la República de Corea en México
El año pasado, la pandemia del Covid-19 provocó una recesión económica mundial y un retroceso de la economía mexicana. Sin embargo, me gustaría resaltar algunos aspectos positivos. En 2020, el comercio entre Corea y México se mantuvo en 20 mil millones de dólares, convirtiendo a nuestro país en el cuarto socio comercial más importante de México. Cabe destacar que el volumen comercial bilateral se ha quintuplicado desde el año 2000, a pesar de no contar con un tratado de libre comercio. Esto ha evidenciado el gran potencial de nuestra relación económica. Un TLC Corea-México elevaría la relación a niveles sin precedentes. En un reciente encuentro de la Comisión de Relaciones Exteriores Asia-Pacífico-África del Senado de la República, manifesté mi deseo de seguir trabajando hacía este objetivo.
Los beneficios de un TLC se pueden resumir en tres palabras: expansión, equilibrio y diversificación. Actualmente, los principales rubros de exportación mexicanos son autopartes, maquinaria y equipo electrónico, dos terceras partes de las exportaciones totales de México. Asimismo, el petróleo y minerales representan más del 40 por ciento de las exportaciones totales a Corea. Y aunque productos como los aguacates, el limón y los cítricos mexicanos tienen una gran competitividad global, la carne sigue siendo el principal rubro de exportación a Corea. Con un TLC, los productos competitivos de México podrán acceder más fácilmente a nuestro mercado, lo que llevará a una expansión del volumen comercial y un equilibrio entre ambos países.
Asimismo, un TLC promoverá la diversificación comercial en un entorno internacional cada vez más complejo. A raíz de la orden ejecutiva de la administración Biden sobre los riesgos a la seguridad de las cadenas de suministro, y dados los recientes encuentros entre Estados Unidos y China en Alaska, es previsible que los diferendos entre ambas superpotencias continuarán. Esto podría acelerar el desacoplamiento de dos economías, dando lugar a una regionalización, dividiendo las cadenas de suministro global en tres grupos: América del Norte, Europa y Asia. Por lo tanto, el puente que México y Corea representan sería fundamental, siendo uno un actor de gran importancia como base de producción en América del Norte, y el otro, una de las economías más abiertas y favorables en la región asiática.
La respuesta sobre qué país sería el socio comercial óptimo de México se vuelve más clara al considerar la era de la transformación digital. Corea es un país líder en materia de TICs y en la producción de semiconductores, a lo cual se le conoce cómo “el arroz de las industrias”. En el Foro de Cooperación Digital Corea-América Latina realizado en nuestro país los días 17 y 18 de marzo, tuvieron lugar destacadas contribuciones en temas sobre ciberseguridad y ciudades inteligentes de parte de Carlos Emiliano Calderón Mercado, Coordinador de la Estrategia Digital Nacional, y de Javier López Casarín, Presidente del Consejo Técnico de Conocimiento e Innovación de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID). Me gustaría enfatizar que, en la era de la transformación digital, Corea puede ser el mejor socio económico para México.
Si bien ambos países hemos forjado una estrecha cooperación económica durante las últimas décadas, cabe mencionar que la relación se remonta a más de 100 años, incluso mucho antes del establecimiento de relaciones en los años sesenta. El comienzo se dio en 1905, cuando mil 33 coreanos partieron del Puerto de Chemulpo, Incheon, con destino a Mérida.
El pasado 18 de marzo, el H. Congreso de la Unión conmemoró este evento, declarando el 4 de mayo como el “Día del Inmigrante Coreano”. Esto es un indicativo del gran valor de los lazos entre nuestros países. Como Embajador de la República de Corea en México, quisiera expresar mi agradecimiento al Congreso de México por este gesto de amistad.
En 2022, Corea y México celebrarán 60 años de relaciones diplomáticas. En la cultura asiática, 60 años significa madurez de vida. Nuestra Embajada alista varios eventos conmemorativos, y trabaja para lograr una sólida base para la relación bilateral, incluyendo el logro de un TLC. Siempre buscamos nuevas vías de cooperación para avanzar en la relación. Esperamos contar con el apoyo del pueblo mexicano en este proceso.