Clemente Ruiz Duran

Crisis energética, un reto para México

La guerra en Ucrania está trastocando todo, desde el abastecimiento de alimentos hasta el mercado de petróleo, lo cual afectará sin lugar a dudas el desempeño de la economía mexicana.

Los países europeos le han hecho saber a Estados Unidos que están preocupados por la continuación de la guerra en Ucrania y el efecto que ésta tiene sobre el mercado energético. Los estados miembros de la UE deben alcanzar un nivel mínimo de almacenamiento de gas de 80 por ciento antes del 1 de noviembre, para garantizar suministros suficientes para protegerse contra posibles interrupciones en el suministro. Al 26 de junio, el almacenamiento de gas en la UE estaba lleno al 56 por ciento, según datos de la Agencia de Infraestructura de Gas Europea. La mayoría de los miembros de la UE esperan que la situación se deteriore aún más. La semana pasada, Alemania activó la segunda fase de su plan de emergencia de gas trifásico, mientras se prepara para la posibilidad de una interrupción total del suministro de gas desde Rusia a través del gasoducto Nord Stream.

Esta guerra se veía tan lejana que la mayoría de los mexicanos consideraban que no nos afectaría. Sin embargo, está trastocando todo, desde el abastecimiento de alimentos hasta el mercado de petróleo, lo cual afectará sin lugar a duda el desempeño de la economía. En los Criterios de Política Económica correspondientes a 2022, el precio promedio del barril se colocaba en 55.1 dólares, se pensaba en un escenario de estabilidad con una plataforma de 1.826 millones de barriles diarios, un poco más elevada que la de 2021. Este lunes, los precios del petróleo se situaron muy por arriba de las estimaciones realizadas por la SHCP y ratificadas por el Congreso. El precio del petróleo West Texas alcanzó 107 dólares el barril, el Brent Europeo de 114.50 dólares el barril y el de la OPEP en 111. 09 dólares. Esto tendrá un fuerte impacto en México ya que importamos 60 por ciento del combustible que consumimos, por lo que se estima que se requerirán al menos 450 miles de millones de pesos adicionales para enfrentar esta elevación.

Actualmente, el consumo nacional de gasolinas, diésel y turbosina en el país ronda el millón 300 mil barriles diarios; de este volumen solo se producen en el país poco más de 550 mil barriles diarios, de acuerdo con las estadísticas oficiales de Pemex. Es decir, nuestro país importa aproximadamente entre 58 y 60 por ciento de los combustibles que consume. Si bien es cierto que nuestro país como productor de petróleo se ve beneficiado por los elevados precios del mercado internacional, los ingresos por exportar cerca de un millón de barriles diarios son menores al valor de las importaciones de gasolinas y diésel que realizamos. La balanza petrolera sigue siendo negativa y por lo mismo, nos afecta de manera importante la situación de inestabilidad que prevalece en este mercado.

En lo que respecta a los excedentes petroleros para las finanzas públicas, el elevado costo fiscal del subsidio en el IEPS a gasolinas y diésel que está vigente desde marzo, si se mantienen los precios internacionales del petróleo en los niveles actuales, ascenderá a más de 450 mil millones de pesos, frente a unos ingresos adicionales por la producción de petróleo de unos 470 mil millones de pesos, lo que dejará un margen positivo pero pequeño de no más de 20 mil millones de pesos a la hacienda pública. Sin embargo, este resultado será insuficiente para hacer frente a los mayores costos que enfrenta la Hacienda Pública por la construcción de la refinería de Dos Bocas, que de acuerdo con la agencia Bloomberg, será de 18 mil millones de dólares. La Secretaría de Hacienda tendrá dos problemas: justificar un gasto adicional que no está en el Presupuesto de Egresos Federal de este año, y si logra justificar esta ampliación, el segundo problema será en dónde va a encontrar estos recursos fiscales adicionales.

A esto se suma el problema del gas natural, ya que importamos 5 mil 546 millones de pies cúbicos diarios. En los Criterios de Política Económica se estimaba que se realizaría en un precio promedio de 3.6 (dólares/MMBTU), sin embargo, su precio ha alcanzado los 8 (dólares/MMBTU). Todo esto deja al país en una situación difícil y a las finanzas públicas en la indefinición, elevando el déficit que se tenía previsto y la pregunta es: ¿de dónde provendrán los recursos para financiar el déficit adicional? La perspectiva es que tendrá que ser financiado por un aumento de la deuda pública; de ser este el camino, se requiere establecer una política transparente que dé cuenta de las fuentes y el destino de los recursos. Las autoridades hacendarias deberían hacer explícito el proceso de ajuste, es una situación inesperada que requiere de un proceso transparente para evitar confusiones. Lo mejor sería conformar un observatorio intersectorial que dé cuenta de los desbalances que está sufriendo el país por el conflicto en Ucrania, todo es más fácil de manejar cuando se le da transparencia, nadie esperaba este conflicto, la expectativa es que se maneje de frente a la nación.

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