Benito Solis

¿La creciente inflación es transitoria o de mediano plazo?

Existen argumentos que hacen temer que el proceso inflacionario no es tan transitorio como se afirma y es posible que no se podrá contener sin que los gobiernos tomen medidas agresivas.

La inflación está aumentando en la mayoría de los países desarrollados, a niveles que no se tenían desde hace varias décadas. Estos incrementos en los precios de 4.0 o 6.0 por ciento anual podrían no parecer muy elevados, sin embargo hay que recordar que la inflación había estado muy cercana a cero en la mayoría de estos países en los pasados años, por lo que se tomaron decisiones de largo plazo, considerando que se mantendría la estabilidad de precios en el mediano y largo plazos, que ahora se ven perjudicadas.

En el caso de los países subdesarrollados la situación es incluso peor, ya que hay países en donde el incremento de los precios está por arriba de los dos dígitos, como son los casos de Argentina y Turquía, entre otros. Incluso en México es probable que la inflación termine por arriba de 7.0 por ciento en el presente año y los precios de los alimentos estarían subiendo cerca de 9.0 por ciento, siendo que la meta oficial de la inflación era que estuviera situada dentro de una banda de 2.0 a 4.0 por ciento.

Este crecimiento de los precios dificulta el buen funcionamiento de los mercados, es decir de la correcta asignación de los factores; además de que tienen un impacto negativo en el ingreso de los trabajadores, de los asalariados y de los jubilados.

Una inflación de 4.0 por ciento significa que el porcentaje de incremento de los precios se ha cuadriplicado, por lo que las tasas de interés lo están haciendo incluso en mayor porcentaje. Por lo mismo, el servicio de la deuda de empresas y gobiernos más que se triplican en estos momentos, por lo que en algunos casos se convierte en uno de los factores más importantes de sus egresos. Por lo mismo, es inevitable que diversos deudores tendrán problemas para poder cumplir con el cumplimiento de sus obligaciones crediticias en el corto plazo.

Existe la creencia generalizada de que este proceso inflacionario es un fenómeno transitorio, por lo que en los próximos meses regresará a los niveles previos. Entre los argumentos en que se apoya esta afirmación se encuentran los siguientes: 1) Los consumidores dejaron de adquirir diversos bienes y servicios durante la pandemia, por lo que ahora que se está superando el COVID-19, están regresando a los hábitos previos e incluso comprando por arriba de lo acostumbrado, pero de manera temporal. 2) Los apoyos monetarios transitorios que diversos gobiernos habían dado a la población fueron ahorrados por la dificultad para ir a las tiendas, pero que ahora las personas pueden salir, ya son gastados; pero fueron ingresos transitorios por lo que ya se suspendieron. 3) Los diversos gobiernos incurrieron en extraordinarios déficits fiscales, pero en los siguientes meses regresarán a la normalidad, lo que detendrá la expansión de la demanda. 4) Las empresas redujeron su producción por razones de la misma pandemia, lo cual ha hecho que se tengan problemas de escasez en la gran mayoría de los sectores, que se ha traducido en aumentos en los precios, pero que en la medida en que se normalice el proceso productivo, se reflejará en una menor inflación.

Sin embargo, existen argumentos sólidos que hacen temer que el proceso inflacionario no es tan transitorio como se afirma y es posible que el incremento de los precios no solo se mantenga un periodo más largo e incluso que no se podrá contener sin que los gobiernos tomen medidas más agresivas.

Entre los que están los siguientes: 1) Los gobiernos de la mayoría de los países continúan con políticas monetarias y fiscales extremadamente expansivas, que se reducirán de una manera paulatina. Esto se seguirá reflejando en un incremento de la demanda agregada. 2) En una gran cantidad de sectores la producción ya se encuentra incluso por arriba de los niveles previos a la pandemia, como producción de minerales y metales a nivel global, producción de alimentos y diversas manufacturas y los precios en los mismos siguen incrementándose. 3) El COVID-19 sigue afectando a diversos países europeos, resaltando los casos de Bulgaria y Austria, Rusia y Alemania, con lo que es muy probable que se presente una cuarta ola global de esta enfermedad, por lo que es improbable que los principales gobiernos decidan tomar medidas contraccionistas en los siguientes meses. 4) En el momento actual las tasas de interés nominales son inferiores a la inflación, lo que impacta en una reducción de la deuda real de los distintos gobiernos, lo que les facilita su manejo financiero, aunque perjudica a los ahorradores.

Por las razones anteriores, es muy probable que los distintos gobiernos pospondrán medidas drásticas para detener la inflación, como aumentos drásticos a las tasas de interés, reducción en el gasto público o aumento en los impuestos. Esto significará que la inflación continuará un tiempo más del previsto, con su impacto en volatilidad de los mercados, escasez en diferentes sectores y crecientes presiones sociales y políticas.

El autor s economista.

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