Energía para todos

Petrolíferos, el nuevo foco rojo en la controversia con EU

El gobierno de México publicó un decreto, vía Sener y Economía, con el que intensifica los requerimientos para obtener permisos previos en la importación de hidrocarburos.

A pesar de que en los primeros nueve meses de este año la relación comercial entre México y Estados Unidos alcanzó otro récord con un intercambio de mercancías entre ambos países por casi 600 mil millones de dólares, existen grandes pendientes que en cualquier momento pueden mermar ese camino soleado lleno de flores.

No es un secreto que el sector energético es el talón de Aquiles en la diplomacia entre ambos países, pues ningún tema (ni acero, ni maíz, ni conflictos laborales), habían sido un tabú, una línea tan delgada, pero también un hilo tan resistente, que no ha podido escalar al temido panel de resolución de controversias.

Sin embargo, en este contexto, con una relación energética tan delicada, el gobierno de México no ha tenido reparos en seguir con el reordenamiento en la importación de hidrocarburos, al haber publicado un decreto, vía Sener y Economía, con el que intensifica los requerimientos para obtener permisos previos en dichas actividades, cuya primera intención es restringir la entrada de petrolíferos, pero que también le va a pegar a diversos sectores como el farmacéutico, acerero e incluso de alimentos.

Este decreto se suma al emitido el pasado 23 de octubre, a través del cual se prohibió temporalmente la importación de 68 productos derivados de los hidrocarburos.

Poner orden en en la importación de petrolíferos ha sido un compromiso de Sener desde que comenzó este gobierno, ya que en el pasado, al liberar las actividades de comercio exterior a las empresas privadas, se liberaron con ello, y de forma desordenada, muchos permisos que se han utilizado para contrabandear combustibles, a través de una actividad (señalada con anterioridad en este espacio) conocida como ‘huachicol fiscal’.

Si bien es cierto que es necesario seguir fortaleciendo las acciones en contra de los abusos que han cometido importadores de combustibles, es también una realidad que no delimitar dichas acciones para que no afecten actividades esenciales, es un descuido que le puede costar caro a México, si de lo que se trata es estirar la liga los más que se pueda (y que lo ha hecho bien la Cancillería), para evitar que se profundice el conflicto por los temas energéticos en el marco del T-MEC.

Sigue la bronca en Monte de Piedad

El pleito que lleva ya más de un año entre el Nacional Monte de Piedad y su sindicato, continúa. Las mesas de negociación siguen y, si bien la autoridad ha hecho un esfuerzo por conducir a las partes para llegar a un arreglo, se ve difícil lograrlo porque en el pasado nunca han fructificado: el sindicato siempre ha encontrado razones para levantarse de la mesa y posponer la discusión de fondo.

Solo un acuerdo salvaría a la institución de asistencia privada y reconocida casa de empeño, de desaparecer por la presión financiera que le ha provocado el Contrato Colectivo de Trabajo (CCT), que ostenta con su sindicato. El CCT tiene prestaciones sumamente costosas -como servicio médico vitalicio, 105 días de aguinaldo, y otras- que representan más de la mitad de los costos de la institución.

Esperemos que tanto los directivos del Monte, como el líder sindical, sepan priorizar a esta institución de casi 250 años, puesto que, de desaparecer, el daño que le causaría a México sería irreparable.

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