Energía para todos

La resiliencia energética

La Agencia Internacional de Energía explica la resiliencia energética como la capacidad que tiene un país de adaptarse a los embates de huracanes, incendios, olas de calor, etcétera.

Mucho se habla de la necesidad de moverse hacia fuentes renovables de energía para mitigar los efectos del cambio climático, sin embargo, existen otras aristas a analizar como es el impacto que tienen estos efectos climáticos en el suministro de energía.

En su último reporte al respecto, la Agencia Internacional de Energía (AIE) expone a la resiliencia energética como la capacidad que tiene un país de adaptarse a los embates de huracanes, incendios, olas de calor, etcétera, sin dejar de proporcionar servicios energéticos a sus habitantes.

El organismo afirma que los sistemas de energía resilientes al clima respaldan la transición hacia la energía limpia al abordar los impactos adversos del cambio climático en la energía renovable, promover el desarrollo sostenible al garantizar servicios de energía confiables, impulsar la seguridad energética al hacer frente a las interrupciones provocadas por el clima y reducir los riesgos de los desastres climáticos.

Sin embargo, el camino no es sencillo, para desarrollar la resiliencia climática, las políticas tienen un papel fundamental que desempeñar. Si bien los proveedores de energía tienen un interés directo en proteger sus propios activos y brindar a los clientes un servicio confiable, es posible que no se comprendan con precisión los costos reales de renunciar a las medidas de resiliencia climática.

En este sentido, cuando ocurre una interrupción provocada por el clima, los costos socioeconómicos significativos de la interrupción del suministro de energía se extienden por toda la sociedad, y a menudo, afectan de manera desproporcionada a los grupos vulnerables, mientras que los proveedores de energía soportan solo una fracción del costo total. Por lo tanto, se necesitan medidas políticas efectivas para garantizar que la resiliencia climática no solo fomente un suministro de energía confiable, sino que también promueva objetivos sociales y económicos más amplios, como proteger el bienestar de los ciudadanos, especialmente los grupos vulnerables.

De acuerdo con la AIE, 34 por ciento de los países en el mundo cuentan con una inadecuada y débil resiliencia climática, y sólo 13 por ciento puede considerarse en la excelencia.

El tema no es para menos. El documento destaca a México, junto con China e India, como los países más expuestos a este tipo de problemas meteorológicos, y quienes tienen más comprometida su infraestructura energética, por lo cual deberán tomar acciones sobre los riesgos que su posición geográfica les demanda.

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