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La siguiente brecha digital

En México hay más de 90 millones de personas que cuentan con acceso a internet, lo que corresponde aproximadamente a 70 por ciento de la población.

La pandemia cambió los hábitos de todas las personas. Millones de niños y niñas dejaron las aulas y los padres tuvieron que improvisar salones de clases para que sus hijos pudieran aprender a distancia. Muchos contaron con los recursos para hacerlo, según la UNICEF un tercio de los niños y niñas en el mundo no ha tenido la oportunidad de recibir clases virtuales. El rezago educativo que se está creando no se percibe a simple vista, y existen tres características esenciales que contribuyen a la creación de esta siguiente brecha digital.

La primera es la falta de infraestructura, empezando por la falta de conectividad. En México hay más de 90 millones de personas que cuentan con acceso a internet, lo que corresponde aproximadamente a 70por ciento de la población, lo cual indica que 30 por ciento aún no está conectada. Además de la conectividad, los estudiantes debían de acceder a clases a través de dispositivos como computadoras o celulares. Un gran número de familias no cuentan con los dispositivos necesarios para que todos sus hijos puedan acceder a las clases virtuales y en muchos hogares se priorizó la educación de los mayores o de los hombres.

La segunda es la falta de contenidos. Los programas de estudio están diseñados con un modelo pedagógico para impartirse de manera presencial. Adaptar este contenido a un modelo virtual no es simplemente dar clases en línea, aunque en la mayoría de los casos esta fue la solución. Las instituciones educativas tienen que crear contenidos que puedan ser impartidos completamente de manera virtual. Este tipo de cursos se han creado para programas de licenciatura o posgrado, pero no para educación básica y media superior.

La tercera es la falta de alfabetización digital. Saber utilizar una computadora es solo el primer paso. Poder llevar un plan de estudios en línea no es tarea fácil. Maestros e instituciones han tenido que aprender a utilizar la tecnología, no solo la computadora, sino también programas específicos para impartir clases, calificar, crear contenidos, pero sobre todo, para conectarse con sus alumnos de manera digital.

El problema más grave es que actualmente la manera en la que nos conectamos con el mundo es a través de la tecnología y sin acceso a ésta, la brecha digital seguirá creciendo. La diferencia entre los estudiantes que tengan acceso y los que no lo tengan será abismal. Es necesario que no solo el gobierno, sino también la iniciativa privada y la sociedad civil lleven a cabo acciones para que los niños y niñas que no tienen acceso a la tecnología no se queden rezagados.

La autora es experta en Marketing en industria y actualmente colabora desde Londres.

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