Análisis sin Fronteras

Seguridad nacional, según AMLO: Proteger corrupción, ocurrencias y falta de transparencia

El comandante supremo usa el concepto de seguridad nacional para esconder corrupción, incapacidad y proteger alguna que otra ocurrencia.

Con declarar el Tren Maya una estructura de seguridad nacional, Andrés Manuel López Obrador estaría reconociendo que uno de sus proyectos simbólicos de la cuarta transformación está destinado a ser el elefante blanco de su sexenio: un proyecto faraónico que no es viable en términos económicos o políticos. Con la llegada del siguiente presidente o presidenta de México, sin importar quién sea o su partido político, tendrá que evaluar en qué momento se dejará de financiar este controvertido proyecto y evaluar quién podría enfrentar investigaciones penales y administrativas.

Y es verdaderamente una pena porque el concepto en sí era convincente, y posiblemente tenía a largo plazo una posibilidad de ayudar en el desarrollo de los estados con más pobreza en el país.

Pero con declarar al Tren Maya una estructura de seguridad nacional estaría reconociendo que el costo y los problemas jurídicos no permitirían que se terminara de construir antes de concluir su sexenio. Y de la misma forma en que él detuvo la construcción del aeropuerto de Texcoco, el proyecto sexenal de Enrique Peña Nieto, AMLO teme que sin importar los costos para el gobierno y para la sociedad, el siguiente presidente hará exactamente lo mismo.

Y declarar el Tren Maya como una estructura de seguridad nacional para apresurar su terminación antes de concluir el sexenio, no resolverá esta eventualidad. Seguramente se abrirán decenas de investigaciones en contra de funcionarios de la 4T, incluyendo elementos de las Fuerzas Armadas. Y dependiendo quién de las órdenes de, por ejemplo, ignorar un amparo, u otra ley, las investigaciones podrían incluir al mismo secretario de la Defensa.

Y este no es el primer ejemplo, ni el último, de un uso ‘criminal’ del concepto de seguridad nacional. Hace unos meses, el presidente publicó un decreto ordenando que todas las instituciones del gobierno federal tendrían que facilitar los permisos necesarios y los contratos no serán sujetos a la ley de transparencia.

Vea usted la definición de seguridad nacional, según la ley de 2005: el artículo 3 dice que por “Seguridad Nacional se entienden las acciones destinadas de manera inmediata y directa a mantener la integridad, estabilidad y permanencia del Estado Mexicano, que conlleven a: I. La protección de la nación mexicana frente a las amenazas y riesgos que enfrente nuestro país; II. La preservación de la soberanía e independencia nacionales y la defensa del territorio; III. Mantenimiento del orden constitucional y el fortalecimiento de las instituciones democráticas de gobierno; IV. El mantenimiento de la unidad de las partes integrantes de la Federación señaladas en el artículo 43 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; V. La defensa legítima del Estado Mexicano respecto de otros Estados o sujetos de derecho internacional; y VI. La preservación de la democracia, fundada en el desarrollo económico social y político del país y sus habitantes.”

Si nos basamos en las decisiones recientes, el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene una nueva definición para el concepto de seguridad nacional, basándose en conveniencia política: I. Acciones destinadas para evitar leyes de transparencia que permiten el escrutinio de la sociedad y de los medios de comunicación de programas y proyectos prioritarios del presidente; II. Evitar procesos administrativos, incluyendo licitaciones públicas, que aseguren el correcto uso de los fondos públicos; III. Reducción de costos de construcción y uso (abuso) de las Fuerzas Armadas para evitar los costos de pagar a civiles y funcionarios especializados; IV. Tener disponible una fuerza de trabajo que incondicionalmente seguirá las órdenes del comandante supremo de las Fuerzas Armadas sin importar si violan la constitución, derecho penal, administrativo o desacatar un amparo; V. Proteger actos de corrupción; VI. Una justificación de su estrategia de ‘abrazos, no balazos’, manteniendo ocupados a las fuerzas del orden y seguridad en cualesquiera otras actividades y no cumplir con su mandato constitucional y legal de proteger a la población y la integridad del territorio nacional; y VII. Usar el concepto de seguridad nacional como una justificación de ocurrencias del comandante supremo de las Fuerzas Armadas.

El presidente debería de usar el concepto de seguridad nacional para proyectos de infraestructura que aseguren que estados del norte del país, sufriendo sequías históricas, tengan acceso al agua. Urge que considere el mandatario la declaratoria de seguridad nacional para detener el creciente control territorial y participación en las elecciones del crimen organizado.

Pero no, el comandante supremo usa el concepto de seguridad nacional para esconder corrupción, incapacidad y además proteger alguna que otra ocurrencia.

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