Desde San Lázaro

Se aceleran las renuncias de las ‘corcholatas’

La propuesta del canciller Marcelo Ebrard de que los aspirantes a la presidencia de la República se separen de sus cargos en julio no es descabellada.

A pesar de que se quisiera mantener en sus cargos públicos a Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal hasta el mes de diciembre, es imposible mantener quietos a las huestes de Morena y a los simpatizantes de las corcholatas hasta esa fecha, y por otro, la línea entre la legalidad e ilegalidad en el manejo de los recursos públicos para la promoción personal o promoción disfrazada de “información institucional” es muy delgada y como están ahora las cosas, seguramente los opositores estarán pendientes de cualquier desliz para denunciarlos ante las instancias electorales correspondientes e incluso, ante los juzgados de lo penal.

Por ello, la propuesta del canciller Ebrard en torno a la separación del cargo de los aspirantes, sea en el mes de julio, no es descabellada, sobre todo porque el bloque opositor está construyendo los amarres necesarios con diferentes colectivos ciudadanos para llegar cohesionados al 2024, con un candidato único.

Otro factor relevante que empuja a que las corcholatas dimitan del cargo en julio, es la elección del Estado de México, en donde los mexiquenses acudirán a las urnas el 4 de junio para elegir al sucesor del gobernador Alfredo del Mazo, y como están las cosas, será una mujer quien lo releve, léase Delfina Gómez o Alejandra del Moral.

Ya lo dijo Mario Delgado, mandamás de Morena, “antes del 2024, está el 23″ y por ello, todos, incluyendo las tapas de los refrescos, deben avocarse a sumarse al proyecto de Delfina Gómez para que resulte ganadora, aunque como están las cosas, y no porque Del Moral sea una gran candidata, sino por la enorme cola de corrupción que arrastra la extitular de la SEP, existen altas posibilidades de que Morena y rémoras, se queden con las ganas de sacar al PRI del gobierno de la entidad y con este resultado la ecuación del presidente seguramente se modificará rumbo al 2024.

Además de lo ya mencionado, hay que ver cómo marchan las cosas en el país y en el entorno internacional, principalmente en la relación bilateral con el gobierno de Joe Biden, entonces hay una serie de factores exógenos y endógenos que el presidente tendrá que sopesar para decidir en qué momento promover la renuncia de sus colaboradores.

La fotografía al día de hoy señala que habrá una carrera parejera, entre solo dos corcholatas, Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, aunque con los problemas que enfrenta la jefa del gobierno capitalino, no sería raro que entrara a batear de emergente el titular de la Segob, a quien lo ven como futuro senador de Morena y coordinador del grupo parlamentario, para desde la cancha legislativa cuidar “la consolidación de la cuarta transformación”.

Después de ir decantándose en función de los resultados de las encuestas de Morena, quedarán solo dos finalistas, en esta lógica habrá que ver contra quién se va a enfrentar Marcelo Ebrard, porque uno de esos dos puestos es ya para él.

No se trata de las filias y fobias que cada quien podría tener en cuanto al gusto o rechazo por cada corcholata, sino la evaluación de sus lealtades, capacidades, resultados, relaciones institucionales y personales, tanto en el país como en el extranjero, además de que el presidente requiere gente de su entera confianza para cubrir otras posiciones, como la ya mencionada en el Poder Legislativo.

Con la pasarela de las corcholatas en las plenarias de Morena, PT y PVEM, arrancó el proceso interno de selección del candidato presidencial de los oficialistas y por el bien del proyecto político que representan, es deseable que el llamado a la unidad que hicieron todos los precandidatos sea real y no solo de “dientes pa fuera”, aunque como lo mencionamos al inicio de esta columna, el fuego amigo y los golpes bajos prevalecerán hasta el día del destape.

Los tiempos ya se vinieron encima, cada una de las corcholatas, se encuentran en proceso de cierre de su gestión, no obstante que unos pueden quedarse en el cargo hasta fin de año, pero otros tendrán que hacerlo en el segundo semestre del año.

Hay que observar, estimado lector, cuáles son los pendientes que tienen Sheinbaum, Monreal, López y Ebrard, en función de las instrucciones que les ha dado el presidente y medir el grado de avance de ellas, para calificar la eficacia de cada uno.

Hay que contrastar cómo están la gobernanza y los grandes pendientes en la capital del país, contra el combate a la inseguridad pública y la gobernabilidad en todo el territorio nacional.

Ponderar en qué lugar está México situado en el entorno internacional, principalmente en la relación con nuestros vecinos del norte.

Medir cómo avanza la agenda legislativa del presidente en el Congreso y también evaluar los resultados.

Esta tarea la hace el presidente López Obrador todos los días y por el humor que tiene en las mañaneras, las cosas no presentan un saldo favorable.

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