Desde San Lázaro

Monreal, el peor gobernador de la 4T (1)

David Monreal logró unir a todos... pero en su contra. Tanto a sus detractores, que cada vez son más, como a sus aliados.

A más de seis meses de asumir el cargo como gobernador de Zacatecas, David Monreal logró algo que ninguno de sus antecesores y gobernadores de la 4T había alcanzado en poco tiempo: destruir la paz social, la gobernabilidad y sumir a la entidad en una crisis de violencia que multiplica el número de desplazados, convirtiendo con ello a muchas poblaciones en pueblos fantasma.

Vaya que hay competencia entre varios gobernadores de Morena por disputarse el ‘honroso’ lugar de ser el peor de todos los mandatarios, como Cuitláhuac García, de Veracruz, Cuauhtémoc Blanco, de Morelos y qué decir de Indira Vizcaíno, de Colima; Evelyn Salgado, en Guerrero o Claudia Sheinbaum; Alfredo Ramírez, de Michoacán o Alfonso Durazo, en Sonora, sin embargo, el zacatecano les dice a todos ‘háganse a un lado’.

Monreal logró unir a todos, pero en su contra, tanto a sus detractores que cada vez son más, como a sus aliados, sí, esos a los que traicionó luego de que lo apoyaran para ganar la elección que lo encumbró al máximo puesto político de su estado.

Le dio la espalda al magisterio local, a sindicatos que lo apoyaron, a la burocracia estatal, pero sobre todo al presidente de México, quien le ha brindado todo tipo de apoyos desde la Federación para cubrir los pasivos y mandar cada vez más efectivos del Ejército y de la Guardia Nacional.

Mientras que López Obrador consolida su alianza a nivel federal por la educación con el SNTE, en Zacatecas se les deja de pagar sus quincenas a los maestros, jubilados y a trabajadores del gobierno estatal, aunque esto pareciera una nimiedad, ante la violencia extrema que azota a los zacatecanos.

De las promesas de campaña, pasó a las excusas. La esperanza se convirtió rápidamente en decepción e ira.

La sangrienta lucha que prevalece entre dos cárteles de la droga en Zacatecas ha embarrado por su complacencia e ineficacia al gobernador.

Las finanzas del Estado están quebradas. Antes, con otros gobernadores, había problemas económicos pero no dejaron de pagar las quincenas a la burocracia y al magisterio; ahora se ha recrudecido el problema.

Si esta entidad era de las más inseguras hasta hace poco, ahora es la más violenta, ‘privilegio’ que se disputa con Guerrero, Michoacán y Sonora.

La violencia en Zacatecas ya rebasó a Monreal, quien solo atina a declarar ante este hecho que es una herencia del pasado, de que la sociedad no participa en su solución, de que el gobierno federal no lo apoya, de que es culpa del neoliberalismo, etcétera.

Son tantas las escusas que esgrime el funcionario que exacerba cada vez más el ánimo colectivo en su contra; incluso en Palacio Nacional las alarmas están prendidas por lo que ocurre en ese estado.

En Zacatecas se perdió la gobernabilidad y se cedieron extensas regiones de territorio al crimen organizado.

En esta entidad existe un Estado fallido y aunque desde la Federación se hagan grandes esfuerzos para solventar los pesares de los zacatecanos, lo cierto es que David Monreal hecha a perder esos apoyos por su impericia e incapacidad.

Ciertamente, la soberbia es otro factor que le impide ver a este gobernador la realidad por la que transita la entidad que mal gobierna.

David Monreal ha tomado varios consejos de su hermano Ricardo para apaciguar la entidad y mejorar sus finanzas, empero estas recomendaciones han contribuido a aumentar el caos.

La centralización presupuestal ha dejado en orfandad fiscal a los 58 municipios de la entidad.

El programa denominado Fortaseg, que apoyaba a los municipios con recursos presupuestales para fortalecer sus acciones en materia de seguridad, fue eliminado.

Para nadie es un secreto que Ricardo, el senador, está sujeto a un despiadado fuego amigo de sus correligionarios, este hecho también se vuelve un pasivo para su hermano David, quien ‘carece de los modos’ para abrir las puertas de dependencias federales como SHCP, Segob, SSPC, entre otras. (Continuará).

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