Desde San Lázaro

Dictadores en México

AMLO se quitó el disfraz que lo hacía ver como un demócrata para revelar su verdadero aspecto similar al de Miguel Díaz Canel y Nicolás Maduro.

Por si alguien tenía dudas de qué lado masca la iguana, AMLO se quitó el disfraz que lo hacía ver como un demócrata para revelar su verdadero aspecto similar al de Miguel Díaz Canel, presidente de Cuba y de Nicolás Maduro, de Venezuela.

El régimen democrático de México está amenazado por la pretensión de instaurar una dictadura que para consolidarse requiere la sumisión de los poderes Legislativo y Judicial, además de los órganos autónomos, así como del mismo fiscal general de la República, para que todos ellos avalen mediante la revocación la ampliación del mandato del presidente y tal como ya se aprecia, ha logrado avanzar en este sentido.

Este modelo fue el que instauró Hugo Chávez en Venezuela y que se vio interrumpido con su muerte, pero que de inmediato Nicolás Maduro lo prosiguió hasta el momento.

Estos sátrapas han reprimido y sembrado el terror en sus países y sumido en la marginación y pobreza extrema a sus habitantes.

Más allá de posturas geopolíticas y de jugar con Sansón a las vencidas, léase Estados Unidos, se vislumbra un cierre de filas entre los países agrupados en el Foro Sao Paulo en torno a sus gobernantes afiliados, y ello a pesar de la violación sistemática de los derechos humanos de sus habitantes.

La solidaridad mundial en torno a los cubanos, venezolanos y nicaragüenses, no deriva de cuestiones ideológicas, sino del simple respeto a la libertad, la dignidad y la vida de millones de seres humanos que viven reprimidos bajo regímenes totalitarios.

Nadie puede ser omiso a lo que ocurre en varios países de la región en cuanto a la violación sistemática de los derechos fundamentales.

Con acciones y discursos ambivalentes, el gobierno de AMLO juega en dos pistas ante el gobierno de Joe Biden; una, le sirve de muro represor ante el embate de los flujos migratorios de Centroamérica y el Caribe, y por otro, le da voz y protagonismo a los tiranos de la región en momentos en que la comunidad internacional los tiene acorralados.

Esta ambivalencia no implica que el gobierno norteamericano tenga dudas sobre la posición que tiene el presidente mexicano al estar alineado a Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua y a todos aquellos entes ubicados en el Foro de Sao Paulo.

El desdén del gobierno mexicano por la crisis humanitaria que prevalece en la región se suma al denigrante trato que da a los migrantes indocumentados que van de paso por territorio nacional, rumbo a Estados Unidos.

La cumbre de la CELAC puso en evidencia las profundas diferencias que existen en torno a las dictaduras que prevalecen en América Latina, al tiempo de constatar, una vez más, que el otrora liderazgo que tenía México en la región se ha diluido, a grado tal que ni siquiera es respetado ya en temas como la economía, combate a la pandemia, inseguridad y prevalencia del crimen organizado, tan solo por citar algunos rubros.

Los efectos de la pandemia y los yerros del gobierno de López Obrador tienen graves consecuencias no solo en territorio nacional, sino allende nuestras fronteras, como es ahora el caso de avalar a los gobiernos de dos criminales Maduro y Díaz Canel.

Es inaceptable que AMLO haya dado un trato preferente a dos dictadores que tanto dolor y muerte han causado entre sus gobernados,

No se puede dar protagonismo y voz a los dictadores.

Lo rescatable de todo este affaire es que los lazos de camaradería y unidad entre los pueblos son indivisibles y ello no puede ser fragmentado por complicidades de gobernantes en la región.

Bien por los presidentes de Paraguay y Uruguay, Mario Abdo Benítez y Luis Lacalle, respectivamente, quienes no dejaron pasar la oportunidad de fustigar la presencia de presidentes represores y criminales en la reunión de la CELAC.

“Cuando uno ve que en determinados países no hay una democracia plena, cuando no se respeta la separación de poderes, cuando desde el poder se usa el aparato represor para callar las protestas… debemos decir con preocupación que vemos gravemente lo que ocurre en Cuba, en Nicaragua y en Venezuela”, sentenció el mandatario uruguayo.

Consulta más columnas en nuestra versión impresa, la cual puedes desplegar dando clic aquí

COLUMNAS ANTERIORES

La autocracia suelta sus últimos coletazos
Enrique Alfaro entrega Jalisco

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.