Desde San Lázaro

Marko Cortés, un lastre para el PAN

El extravío político del PAN es hoy más claro que nunca. Marko Cortés ni siquiera acierta a retirar a Julen Rementería como coordinador de la bancada panista en el Senado.

El legado de Marko Cortés al frente del PAN es nulo, no existe. Al líder panista le ha faltado visión y liderazgo para conducir a un partido que hoy tiene la primera fuerza opositora en la Cámara de Diputados y gobierna en ocho estados de la República. Para el panismo nacional, los resultados obtenidos por Marko Cortés al frente del PAN son raquíticos, pues gran parte de lo logrado se alcanzó gracias a la alianza con el PRI y PRD.

El extravío político del PAN es hoy más claro que nunca. Marko Cortés ni siquiera acierta a retirar a Julen Rementería como coordinador de la bancada panista en el Senado, lo cual debió hacer de manera inmediata y fulminante. Esa falta de liderazgo de Marko Cortés también ha influido para poner al panismo a la deriva. Esa no es la oposición que requiere México. Esa, lamentablemente, es sólo una caricatura de partido jugando a ser opositor.

Una fracción del Partido Acción Nacional, conformada por quince senadores de la República, cayó en el juego y la trampa tendida por Santiago Abascal, el polémico dirigente del partido político ultraderechista español Vox, y ha colocado al panismo contra la pared en el debate público, y a la vez le ha regalado un enorme tanque de oxígeno al lopezobradorismo.

El panismo, que aparece en todas las encuestas como una posible opción electoral contraria al lopezobradorismo, lleva tres años navegando en la incertidumbre y no acierta a estructurar una estrategia para encabezar una oposición seria. La falta de rumbo en el panismo, acrecentada por la inoperancia de su dirigente, Marko Cortés, también ha generado que algunos sectores dentro del partido intenten acercarse a opciones de escaso prestigio.

Vox y Abascal tendieron a los senadores panistas el documento denominado Carta de Madrid, en la que se plantea un supuesto combate al comunismo en el mundo. Al senador Julen Rementería se le hizo buena idea firmar la carta, entendiendo que con ello se fortalecía el rechazo blanquiazul al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, y rápidamente organizó el encuentro con el líder ultraderechista español.

La reunión de los senadores panistas con Abascal y la firma de la Carta de Madrid tiraron a la basura el poco (poquísimo) avance que el PAN había alcanzado como partido opositor, y colocan al blanquiazul en la necesidad de deslindarse del ultraderechismo y de Vox. A la vez, dicha reunión le obsequió al lopezobradorismo los argumentos requeridos para colocar al PAN en la imagen de un partido ultraconservador, como siempre lo ha señalado el propio presidente López Obrador.

Abascal realiza una gira por países de América Latina en la búsqueda de apoyo a su cruzada anticomunista. Esa fue la idea que le vendió al grupo de senadores panistas. En el encuentro, Abascal logró la firma de la Carta de Madrid, que abrió una nueva herida en el PAN, que no ha parado de sangrar. Otros sectores del panismo, en el que se incluye el expresidente Felipe Calderón, han rechazado fuertemente el acercamiento entre el PAN y Vox. La Carta de Madrid acusa a los gobiernos de izquierda en América Latina de ser “regímenes totalitarios de inspiración comunista, apoyados por el narcotráfico”.

El lopezobradorismo en pleno, encabezado, por supuesto, por el presidente, se ha lanzado a criticar la reunión entre los senadores panistas con el líder de Vox. “Son ultraconservadores, casi fascistas”, señaló el mandatario.

Más allá de las críticas que ha generado el acercamiento con Vox, la reunión con Abascal enfatiza el extravío que padece el Partido Acción Nacional en un momento en que el panismo en su conjunto debería trabajar en una estrategia de fortalecimiento del partido con la intención de ser una verdadera opción política en la elección de 2024.

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