Desde San Lázaro

Sheinbaum y Marcelo, estigmatizados rumbo a la sucesión presidencial

La reconstrucción del tramo elevado de la L-12 del Metro correrá por cuenta de grupo Carso. También responsabilizarán a exfuncionarios capitalinos y a un expresidente de la República.

La reconstrucción del tramo elevado de la Línea Doce del Metro correrá por cuenta de grupo Carso, de Carlos Slim, como una compensación o retribución por ser una de las empresas de este poderoso grupo la responsable en la deficiente construcción. Aunque en descargo, tienen a su favor el no haber dado el mantenimiento mayor a la también llamada ‘línea de la muerte’, sobre todo después del sismo del 19 de septiembre de 2017.

A eso fue Carlos Slim a Palacio Nacional, a comprometerse a resarcir el daño, aunque será compensado con obras ubicadas en el sureste del país.

Es decir, tal como lo anticipamos en este espacio hace un mes, los culpables de la tragedia se ubican en empresas constructoras y en exfuncionarios del gobierno capitalino en tiempos de Miguel Ángel Mancera y no en los verdaderos responsables como es el caso de Claudia Sheinbaum y Florencia Serranía, quien “solo es directora general del Metro”.

Desde luego, Marcelo Ebrard siempre cargará con la culpa de acelerar la inauguración de la Línea Dorada, aunque ello obligó a cometer una serie de disparates desde su concepción, entrega de especificaciones técnicas, supervisión, compatibilidad vías-trenes, que obligó a que la Línea Doce se cerrará el 12 de marzo de 2014, luego de dos años de funcionamiento.

Después se dio el autoexilio del ahora canciller a París por motivos de una persecución judicial y política y posteriormente vino la reivindicación política de Marcelo con la victoria de AMLO.

El 3 de mayo, día del accidente fatal en el Metro, los fantasmas del pasado nuevamente alcanzaron a Ebrard y con ello, pusieron en tela de juicio sus aspiraciones como sucesor de López Obrador en la presidencia de la república.

Ahora, a 50 días de la tragedia, están armando todo el entramado legal para culpar a chivos expiatorios y con ello dar el carpetazo final a un asunto que como una carambola de tres bandas, pegó en diferentes frentes, principalmente en lo que tiene que ver con los punteros en la sucesión presidencial.

Hace unos días, el presidente presumió que en las filas de la 4T hay precandidatos a la presidencia hasta para prestar, sin embargo, diremos que después del accidente del Metro y de los resultados de las elecciones del 6 de junio, sobre todo en la capital del país y su área conurbada, se derrumbaron como castillo de naipes, los tres punteros; Claudia, Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, a quien se le atribuye, entre otras lindezas, haber jugado en contra de Morena en la alcaldía de Cuauhtémoc, en donde fue Delegado.

La tragedia del Metro no solo se llevó la vida de 26 pasajeros, sino que dejó muy vulnerable y expuesto al futuro candidato de Morena para la presidencia de la República, ya que entre sus muertitos del closet, tendrá que cargar con la ominosa responsabilidad en este suceso que enlutó a los capitalinos.

Ante este escenario, el presidente López Obrador trata de realizar una operación cicatriz para que ya no siga dañando la imagen de su gobierno y mucho menos la de sus dos favoritos, por ello, van a culpar a la empresa constructora, así como a exfuncionarios del gobierno capitalino.

También van a echar cierta culpa al presidente en turno cuando se inauguró la Línea Doce, es decir al villano favorito de la 4T, Felipe Calderón.

Lo relevante del tema es que luego del accidente y sus consecuencias en la sucesión presidencial, López Obrador se ha quedado con dos precandidatos muy lastimados y por eso el tema de la ampliación de mandato como presidente está más viva que nunca.

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