Desde San Lázaro

Guerra sucia y grosera intervención de AMLO

La desesperación entre López Obrador y sus huestes es de tal nivel, que solo por la mala podrán evitar la debacle electoral en los comicios que se avecinan.

Todavía faltan 25 días para el 6 de junio, cita con las elecciones intermedias más concurridas de la historia y la guerra sucia se recrudece ante la intervención grosera y descarada del presidente de México y todo el aparato represor que tiene a su servicio como la Fiscalía General de la República, que se supone que debe gozar de plena independencia y autonomía del Ejecutivo federal, la Unidad de Inteligencia Financiera, el propio SAT y los sistemas de inteligencia del gobierno, como el CNI (antes Cisen), para quitar del camino a sus adversarios incómodos como es el caso del gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier Cabeza de Vaca y ahora los dos candidatos punteros en las encuestas en la carrera por la gubernatura de Nuevo León, Samuel García, de MC y Adrián de la Garza, de la coalición PRI-PRD.

La judicialización de los candidatos de oposición ha entrado en una etapa crucial para sacarlos del camino, aunque las acusaciones sean tan endebles que pasarán a la historia si dejan de tener utilidad política, después de la elección.

La desesperación que cunde entre el líder moral de Morena, es decir López Obrador y sus huestes, es de tal nivel que solo por la mala podrán evitar la debacle electoral en los comicios que se avecinan.

Ya nos hemos referido que Morena ganará menos de 5 gubernaturas y perderá la mayoría que tiene en la Cámara de diputados federal y esto es por las encuestas y estudios demoscópicos que obran en los bunkers de todos los partidos políticos y por supuesto en Palacio Nacional.

Esta radiografía electoral es a un mes de la elección, por lo que todavía pueden variar los resultados. Por ello, ya sea a la buena o a la mala, la idea es mantener el poder a costa de lo que sea.

Se hay dicho hasta el cansancio que si Morena y sus aliados políticos pierden la mayoría absoluta y por ende, la calificada, en la Cámara de Diputados, no podrán empujar todas las reformas constitucionales que requiere AMLO para mantener su proyecto político más allá de la frontera de 2024, de allí la relevancia de luchar en todos los frentes para que sus candidatos alcancen a sentarse en una curul en San Lázaro.

La guerra sucia alimentada por fake news en las redes sociales, mentiras en los medios de comunicación y acusaciones judiciales que no soportan un primer escrutinio por un juez imparcial, son solo algunas de las herramientas que está usando el gobierno para desacreditar a los candidatos del PAN, PRI, MC y PRD.

El asesinato de candidatos es otra vertiente que está llevando a cabo el crimen organizado para quitarlos de la elección, tal como sucedió recientemente con el atentado perpetrado contra el candidato del PRI a la alcaldía de Morelia, Guillermo Valencia Reyes, quien la libró por ahora, pero seguramente lo seguirán intentando.

Si la autoridad está inmersa hasta el cuello en esa lucha política-electoral, qué garantías pueden brindar tanto para salvaguardar la vida de los candidatos y sus familiares, como por lo menos garantizar que los comicios se celebren en santa paz.

Si ya vimos que están desesperados y que son capaces de todo, pues es de esperarse que vendrán hechos que cimbrarán la paz social y la gobernabilidad.

Por fortuna, cada vez son más los mexicanos que están ocupados en impedir la instauración de una dictadura que como origen y destino de su existencia, es mantener en la presidencia de la república bajo la fórmula de la extensión de mandato, al actual titular del Poder Ejecutivo.

Vienen días de zozobra que meterán a todos los mexicanos en otra espiral de enfrentamientos, polarización y violencia que, a la postre, el único perdedor será el país y no solo los actuales protagonistas políticos, quienes tarde que temprano serán juzgados por sus actos en contra de la estabilidad del Estado.

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