Cada inicio de año reaparece la misma historia con los propósitos. “Ahora sí voy a ahorrar”, “este año quiero salir de deudas”, “voy a cuidar más mis gastos”. Con el paso de las semanas, esas frases pierden fuerza hasta quedar como un recuerdo borroso en algún cuaderno o en una nota del teléfono. Por eso hoy te invito a intentar algo distinto para el 2026.
La propuesta es explorar otras formas de diseñar tus metas para que funcionen como una fuente real de motivación y te acerquen a tus objetivos.
Una primera opción consiste en elegir una sola decisión ancla para el año que comienza. Puede tratarse de ordenar tus tarjetas de crédito, fortalecer el fondo de emergencia o formalizar un plan de inversión para el retiro. Esa decisión orienta tus acciones y reduce el peso de una lista interminable de buenos deseos.
También es útil modificar la manera en que redactas tus metas. La frase “quiero ahorrar más” queda abierta y difícil de medir. En cambio, cuando decides automatizar un cargo a tu cuenta de inversión al día siguiente de la quincena ya estás hablando de conducta concreta.
Otra idea, es mejorar tu administración de los recursos, pues aporta claridad. Asignar sobres o cuentas bancarias a conceptos amplios con una misión específica, como vivienda y servicios, colegiaturas o mantenimiento. Esa organización simple genera estructura y hace sencillo el control cotidiano.
¿Te interesa profundizar? Puedes dividir el año en cuatro temporadas, facilitando la planeación y ayudando a darle realismo a las metas. Por ejemplo, en los primeros meses, el foco puede estar en ajustar gastos fijos, renegociar deudas y ordenar la base financiera. En la etapa siguiente, el énfasis pasa a la automatización del ahorro y la inversión. Más adelante conviene revisar seguros, proyectos de mediano plazo y pagos que se aproximan. Hacia el cierre del año, la atención se dirige a evaluar lo aprendido y preparar el terreno el nuevo ciclo.
Existe otra vía que suma valor emocional y prácticas de acompañamiento.
En conjunto, estas propuestas buscan simplicidad. En vez de repetir la lista de cada año, vale más elegir unos cuantos compromisos. Así construyes un mapa nítido y posible para el 2026.
¿Qué ideas se te ocurren para presentar tus propósitos en 2026? Coméntame en LinkedIn, Instagram, o X y sígueme en el podcast “Dinero y Felicidad”, en Spotify, Apple Podcast, entre otros.
