Mis Finanzas y Coaching

¿Quiet quitting?... Salta antes de que te cocinen

La llamada “renuncia silenciosa” suele surgir ante la falta de compromiso, tal vez porque tu trabajo no te apasiona, pero el sueldo es razonable y “sobrevives”.

¿Y si tu estancamiento no fuera culpa del jefe, del mercado ni de la empresa, sino tuya? Tal vez, sin notarlo, entraste en modo quiet quitting, un fenómeno presente en la mitad de la fuerza laboral global. Cumples con lo indispensable, dejas de exigir mejoras en tu sueldo y solo sobrevives. Cada quincena en ese estado es también un tiempo en el que dejas de crecer financieramente y tus posibilidades de cambio se van esfumando.

La llamada “renuncia silenciosa” suele surgir ante la falta de compromiso, tal vez porque tu trabajo no te apasiona, pero el sueldo es razonable y “sobrevives”. Su costo es tangible: menor visibilidad, ausencia de aumentos y mayor riesgo de despido en caso de recortes. Y tal vez peor, dejas de aprender y tu comportamiento impide que te busquen de otra compañía.

¿Sabes cómo cocinar una rana viva sin que salte? Ponla cómoda con agua tibia y luego ve subiendo la temperatura poco a poco, para que no se percate que será el nuevo platillo. La analogía además de ser muy conocida es un tanto salvaje; sin embargo, describe bien el proceso de cómo las personas ni siquiera se dan cuenta cómo su carrera se vuelve invisible y sin proyección.

En términos de finanzas personales a veces se nos olvida que bajar el gasto tiene un límite y que el verdadero impacto de mejora en la economía familiar radica en la elevación de los ingresos; el problema es que al estar en modo de “renuncia silenciosa” se cancela esa posibilidad.

Una señal clara de este fenómeno es dejar de hacer seguimiento a las aportaciones profesionales. ¿Qué lograste este mes que merezca reconocimiento? Si te quedas callado, será difícil pensar que otros valoren tu trabajo. Por eso, te propongo llevar una bitácora semanal de logros, como una herramienta para saber si estas a punto de ser cocido como rana o es momento de pedir un aumento o saltar a una nueva posición laboral.

Mantenerse en piloto automático es cómodo, pero en realidad es una forma de pérdida de dinero, de energía y de tiempo. Al evitar pensar en tu evolución dentro de la empresa, te quedas atrás, y terminas enviando el mensaje de que vales menos. Y, lamentablemente, el mercado suele creértelo.

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Alberto Tovar

Alberto Tovar

Economista, especializado en negocios y finanzas personales; certificado como coach de vida y equipos. Actualmente es el Director Regional de la Zona Norte de El Financiero. Ofrece conferencias, consultoría y coaching a organizaciones diversas.

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