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¿Feliz día del trabajo?

Las condiciones laborales cambiaron en forma considerable con la pandemia, esto significa un reto para las compañías y el trabajador.

Las condiciones laborales cambiaron en forma considerable con la pandemia; para quienes tienen la posibilidad de hacer “home office” les alteró su entorno y relación humana; en tanto, quienes necesitan hacerlo presencial, les impuso el rigor del uso de la mascarilla y la distancia social. Las encuestas previas a la contingencia de salud ya indicaban que sólo el 15 por ciento de los empleados en el mundo estaban contentos y comprometidos. ¿Cuál será ese porcentaje hoy?

Por su parte, un estudio señala que con el trabajo remoto el 8 de cada 10 disfrutaban hacerlo en casa; 6 manifestaron estar menos estresados y cerca de 7 dijeron ser más productivos. Dicho de otra manera, en el terreno de las condiciones laborales hay ganadores y perdedores.

Esta situación lleva consigo un gran reto para la retención de talento en las compañías y también para el trabajador, que tienen tres opciones obvias: seguir quejándose sin hacer nada; transformarse dentro de su empresa, para encontrar motivación; o ir por una alternativa diferente. Para ello, te dejo algunas reflexiones a considerar.

1.- ¿Qué deseas en realidad en un nuevo empleo? Es posible que sea el salario, crecimiento profesional o simplemente reconocimiento a tus labores, pero para valorar las opciones que se presenten en el camino, es fundamental el compararlo contra tus propósitos. Por lo regular no existe la “oferta soñada”, sino una combinación de características que deberás sopesar para “evitar cambiar para estar peor”.

2.- En la medida en que puedas buscar trabajo sin salirte del actual, mucho mejor. Esto te dará mayor tiempo de búsqueda, estarás menos ansioso y conservaras tu patrimonio.

Incluso, si lo haces transparente a tu jefe, está la posibilidad de que intenten retenerte y crecer en donde te encuentras.

3.- Es un buen momento para revisar tus finanzas y determinar cuántos meses eres

capaz de sobrellevar sin percibir ingresos, porque eso te podría hacer la diferencia en caso de renunciar. Procura estar en la posición óptima en términos económicos para iniciar el proceso; así, la búsqueda será dirigida por el raciocinio y no por la desesperación.

El peor de los escenarios, y por desgracia sucede con frecuencia, es dejar a la compañía molesto, con una demanda, sin saber exactamente lo que se quiere y apurado para cubrir los gastos cotidianos. Son los ingredientes para un desempleo prolongado o tener otra mala experiencia laboral.

¿Cómo te sientes con tu trabajo?

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Alberto Tovar

Alberto Tovar

Economista, especializado en negocios y finanzas personales; certificado como coach de vida y equipos. Actualmente es el Director Regional de la Zona Norte de El Financiero. Ofrece conferencias, consultoría y coaching a organizaciones diversas.

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