Mis Finanzas

¿Es la rentabilidad siempre el objetivo?

El Covid ha enseñado que la manera de sobrevivir para las empresas es hacerse pequeñas en momentos complicados, para luego volver a retomar el crecimiento.

Para entender a la empresa en donde laboras, integrarte mejor a la compañía familiar, o quizá para comprender las resoluciones de las firmas que cotizan en bolsa, es crucial revalorar la creencia universal de que el ‘único’ objetivo es ‘siempre’ la rentabilidad.

Lo aprendimos en la escuela y lo hemos remarcado en lo cotidianos: “lo importante es ganar dinero”. Sin embargo, están presentes otras razones de peso detrás de las decisiones, veamos algunas de ellas.

1.- La urgencia por las ganancias o la construcción de una plataforma futura provoca una visión diferente por completo. Por ejemplo, si nos quedamos sin trabajo y arrancamos un negocio, se desea un flujo en forma rápida y aún cuando nos ofrezcan un gran proyecto para largo plazo, será rechazado.

Por el contrario, existen compañías dispuestas a perder por cinco o diez años, con tal de fincar una idea disruptiva. Aquí se están las tecnológicas con apuestas a la innovación. En particular, las startups buscan levantar capital y les interesa mostrar una imagen potencial, más que obtener ganancias inmediatas.

2.- Hay compañías pertenecientes a un grupo que podrían estar con pérdidas permanentes porque para ellas es relevante su posicionamiento en el sector, ya sea por esperar un avance al paso del tiempo o, simplemente, debido a que su servicio o producto es clave.

3.- El Covid y las crisis sucesivas en México han enseñado que la manera de sobrevivir es hacerse pequeñas en momentos complicados, para luego volver a retomar el crecimiento. En esos periodos se mantiene un perfil bajo para conservar una plantilla mínima de trabajadores.

Si están apalancadas requieren flujo para sufragar sus compromisos de hoy y aunque se les plantee un excelente negocio, es probable que no acepten por las circunstancias en las que se encuentran. Si pretenden venderla, la principal preocupación es el saneamiento financiero.

4.- Existen razones personales y emocionales por encima de la rentabilidad. Por ejemplo, una empresa familiar que quiere dejar un patrimonio generacional y respetar el legado, tiene reticencia a realizar cambios bruscos con todo y que implique ganancias significativas.

Otros factores son las ansias de poder de los dueños o directivos e incluso lo ‘divertido’ que puede ser para el líder sostener una empresa en donde le gusta participar.

5.- Por supuesto están también quienes tienen un objetivo social no lucrativo y en ese caso se trata de maximizar la ayuda a la sociedad.

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Alberto Tovar

Alberto Tovar

Economista, especializado en negocios y finanzas personales; certificado como coach de vida y equipos. Actualmente es el Director Regional de la Zona Norte de El Financiero. Ofrece conferencias, consultoría y coaching a organizaciones diversas.

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