Alberto Muñoz

Vehículos autónomos y edición ‘online’

Alberto Muñoz escribe de Jean-Paul Laumond y Juan Manuel Romero, dos investigadores que aportaron información valiosa a las ciencias computacionales.

Los periodos vacacionales siempre están llenos de emociones. El día 21 de diciembre me enteré de la partida de dos personas que me inspiraron, a partir de su trabajo en las ciencias computacionales, en diversas dimensiones.

Entre ellas la capacidad intelectual, el primero y el compañerismo, el segundo. Jean-Paul Laumond me explicó de manera clara y sintética, durante una visita a su Laboratoire d’Informatique et d’Automatique pour les Systèmes en Toulouse en 1993, sobre la complejidad algorítmica de los sistemas no holonómicos.

Un ejemplo de sistema no holonómico es sencillamente un vehículo como los millones que circulan y nos transportan todos los días. La dexteridad que aprendemos al momento de estacionarnos y la imposibilidad de mover el vehículo de forma lateral son una ilustración de dicha complejidad.

En términos matemáticos, la configuración estructural de los vehículos tradicionales está concebida para cambiar de dirección de forma tangente a la trayectoria en ejecución. Por eso no podemos girar un volante para rotar la orientación del neumático en más de 30 grados en ambas direcciones, más allá de caprichos mecánicos, el riesgo de romper la flecha de la dirección aumenta al incrementar la velocidad y el ángulo de giro. En robótica móvil y por ende en los vehículos autónomos es primordial el poder resolver dichos problemas de manera algorítmica.

Un ejemplo muy común es el poder planificar las trayectorias de un vehículo/robot que se pretende autónomo. Jean-Paul y sus colaboradores publicaron trabajos que significaron una importante aportación al estudio de las soluciones completas a dicho problema.

Decidí quedarme en el Laboratoire d’Informatique Fondamentale et d’Intelligence Artificielle de Grenoble y Juan Manuel Romero Salcedo fue mi compañero de generación en la École Nationale Supérieure d’Informatique et de Mathématiques Appliquées de Grenoble (ENSIMAG) también en 1993. Además de ser compañeros de clases en Cómputo Paralelo y Análisis de Algoritmos y durante el tiempo que vivía yo entre Grenoble y Karlsruhe, José Manuel me rentaba la sala de su departamento como habitación y tuvimos oportunidad de viajar juntos y conocer algunos países de Europa.

A mi habitación le llamábamos de forma cómica la ‘salle présidentielle’. En 1994 la nieve me traicionó y salí del hospital enyesado.

Nunca olvidaré la amabilidad y compañerismo de Juan Manuel durante esa época en la que también ocasionalmente compartimos la comida y algunas tardes de bohemia en medio de los atormentados pero deliciosos y tortuosos días de escritura de la tesis doctoral en el Institut National de Recherche en Sciences et Technologies du Numérique (INRIA) en Montbonnot.

Durante todos esos años mientras que yo lo atormentaba con mis experimentos de manipulation dextre, Juan Manuel me platicaba de los pormenores de su trabajo en la concepción y desarrollo de los primeros editores colaborativos vía WEB sin los que hoy no podríamos imaginar al mundo del trabajo colaborativo online. En aquellos años el INRIA junto con el MIT fueron coordinadores del consorcio World Wide Web y gracias a eso me pude involucrar en el conocimiento y actividades de lo que hoy es el internet.

En aquella época yo simplemente no veía la relevancia de dichos editores ni veía para qué se pudieran usar. Gracias a estos dos admirables investigadores y sus granitos de arena que aportaron a sus correspondientes sectores de las ciencias computacionales es que tenemos hoy un mayor y más provechoso mundo digital.

En paz descansen ambos, et bon voyage!!!!

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