Los cárteles mexicanos conseguían armas para la guerra a través de una red de traficantes que las adquirían legalmente en Estados Unidos.
El viernes 1 de agosto, el fiscal federal Gregory W. Kehoe informó que seis personas que operaban en Florida recibieron condenas de prisión por conspirar para comprar armas de fuego de alto calibre en Estados Unidos y revenderlas a cárteles de la droga en México.
Las autoridades comenzaron la investigación en mayo de 2023, por medio de agentes de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés).
¿Cuáles fueron las armas que traficaron a México?
De acuerdo con la información revelada, la organización criminal traficó 11 armas de fuego, incluidos rifles Barrett calibre .50, capaces de superar cualquier armadura corporal y penetrar vehículos, aeronaves, embarcaciones e incluso ciertos grados de blindaje.

También cruzaron 16 rifles FN M249S, armas vendidas en Estados Unidos como semiautomáticas, pero que pueden modificarse fácilmente para funcionar como ametralladoras.

El embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, celebró el juicio y las condenas contra las seis personas involucradas en la red de tráfico de armas. Afirmó que la sentencia reafirma el compromiso de su país para frenar el flujo de armas ilegales hacia México.
¿Cómo operaban los traficantes de armas desde Estados Unidos?
Las autoridades estadounidenses revelaron que las seis personas participaron en la compra de al menos 33 armas de fuego, todas supuestamente adquiridas por encargo de los cárteles para luego enviarlas a territorio mexicano.
Solo una de ellas realizó una declaración falsa en el registro de transacción de armas de fuego. El resto no incurrió en este delito. Sin embargo, la pena máxima por este cargo fue de nueve años, aunque algunos de los implicados recibieron sentencias menores.
Uno de los rifles Barrett, modelo 82A1 calibre .50, fue rastreado hasta Zitácuaro, Michoacán, donde el 22 de marzo de 2023, elementos de la policía estatal y del Ejército se enfrentaron a miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Durante el tiroteo murieron dos personas. Tras el enfrentamiento, las autoridades recuperaron el arma que cuatro meses antes había adquirido Jesús Hernández, el 8 de noviembre de 2022, en Estados Unidos, y que luego cruzó a México.
Hernández recibió una condena de tres años y diez meses por parte de las autoridades estadounidenses. Se estima que él compró diez armas que fueron vendidas a los cárteles.







