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Estigmas sobre el aborto: Te explicamos algunos mitos (y cómo desmentirlos)

La interrupción del embarazo es una práctica socialmente estigmatizada y rodedada de afirmaciones falsas.

En México y el mundo existen diversos tipos de mitos sobre el aborto, así como estigmas que rodean a los discursos sobre la interrupción del embarazo.

Estos estigmas han sido impulsados sobre todo por organizaciones en contra de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y personas gestantes. Sin embargo, también existen mensajes desde los feminismos que podrían no aportar a la despenalización y que surgen de estigmas.

Este 28 de septiembre, en el Día de Acción Global para el acceso al Aborto Legal y Seguro, te contamos sobre algunas afirmaciones y mitos que se han hecho.

1. “El aborto es un procedimiento riesgoso. Tiene secuelas físicas”

Cuando se realiza en condiciones adecuadas, el aborto es un procedimiento seguro. El aborto solo es riesgoso cuando se realiza en circunstancias insalubres y con procedimientos inadecuados, señala el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE).

La Organización Mundial de la Salud (OMS) cuenta con un ‘Manual de práctica clínica para un aborto seguro’, en el cual se establecen los lineamientos para este procedimiento médico en condiciones de seguridad.

Tanto la OMS como GIRE explican que una mujer o persona gestante puede practicarse un aborto de manera segura con medicamentos. Se especifica el uso del misoprostol, o la combinación de misoprostol y mifepristona, durante el primer trimestre de gestación.

Para que los abortos inducidos con pastillas sean seguros, son necesarias tres cosas: información precisa, medicamentos de calidad y respeto y confianza mutuos. Los protocolos deben ser públicos y no estar rodeada de desinformación y mitos, señala Médicos sin Fronteras (MSF).

2. “Interrumpir un embarazo causa síndrome postaborto”

Seguramente alguna vez has leído que existe un síndrome postaborto. Este no tiene evidencia científica y, a falta de esta evidencia, la Asociación Psiquiátrica Americana (APA) no reconoce este síndrome como un diagnóstico legítimo y válido de salud mental, explica IPAS México.

La organización también indica que el modo de conocer la salud mental de una mujer que aborta es tener evaluaciones de salud mental antes de realizar este procedimiento. “Cuando no se toma en cuenta la salud mental de la mujer antes del aborto, los problemas de salud mental postaborto podrían parecer resultado del aborto, cuando en realidad estos problemas ya existían”.

Sobre los supuestos efectos psicológicos, GIRE destaca que el aborto no está directamente asociado a consecuencias negativas en la salud mental.

La evidencia muestra que lo que más afecta a las mujeres a nivel emocional no es el procedimiento, sino el miedo a ser criminalizadas por decidir sobre sus cuerpos, añade el grupo.

3. “La clandestinidad mata”

Agrupaciones que acompañan abortos y difunden información apegada a protocolos de la OMS en estados donde está penalizado el aborto han señalado que este tipo de consignas pone en riesgo su trabajo de acompañamiento.

¿Por qué? Porque un aborto clandestino no es lo mismo que un aborto inseguro.

GIRE explica que el aborto clandestino es la interrupción de un embarazo fuera o al margen de la ley. Un aborto con medicamentos debidamente asesorado puede ser clandestino si se realiza en un estado que penaliza, pero no inseguro.

El aborto inseguro es aquel “procedimiento para finalizar un embarazo no deseado que realizan personas que carecen de entrenamiento necesario o que se lleva a cabo en un ambiente donde se carece de un estándar médico mínimo, o ambos”, indica la grupación citando a la OMS.

La colectiva Morras Help Morras indica que “cuando satanizas el aborto clandestino, satanizas el aborto en casa con misoprostol”, aún cuando se realiza con protocolos seguros.

4. “Si se despenaliza, habrá más abortos”

El aborto se despenalizó en la Ciudad de México en 2007. Desde entonces, los datos de la Secretaría de Salud indican que los abortos han disminuido, apunta GIRE.

Aunque en los primeros años hubo una aceleración en las solicitudes para interrumpir embarazos de manera legal, las cifras comenzaron a caer a partir de 2015.

La despenalización no necesariamente incentiva a que más mujeres aborten, sino que les da herramientas y espacios para hacerlo de manera segura, puntualiza.

La despenalización del aborto no obliga a las mujeres y personas a capacidad de gestar a abortar, pero criminalizar esta decisión sí obliga a mantener un embarazo aún en contra de la voluntad de la persona.

5. “Aborto sí para que las mujeres pobres aborten”

Existen distintas consignas que se lanzan desde la lucha en favor del aborto que aunque son bien intencionadas, pueden ser colonialistas, señala Morras Help Morras.

Lo mismo ocurre con consignas como “aborto para que no haya niños pobres en las calles”; es problemático pues que haya menores en las calles es un tema de violencia estructural y pobreza que no se soluciona mediante la ILE, indica la agrupación en su podcast.

6. “Restringir el aborto evita que las mujeres aborten”

La criminalización y la restricción del acceso a servicios de salud que facilitan el aborto seguro sólo logra que haya más mujeres en riesgo de tener abortos inseguros e insalubres, indica IPAS México.

“Cuando las mujeres deciden interrumpir un embarazo no deseado y no tienen acceso a servicios de aborto seguro y legal proporcionados por profesionales médicos bien capacitados, se ven obligadas a autoinducirse el aborto o tener abortos” inseguros y en condiciones antihigiénicas, subraya.

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