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Un jubileo de platino no tiene precedentes para la familia real británica. Aunque histórica, la celebración de este año de los 70 años de la reina Isabel en el trono llega en un momento incómodo para la monarca.
Coincide con la preocupación por el deterioro de su salud, las campañas en curso para destituir a la reina como jefa de estado, la controversia sobre el regreso del príncipe Andrés a la luz pública y los llamados a la familia real para que se disculpe por su papel en el colonialismo y la esclavitud.
Pero este no es el primer annus horribilis (año horrible) de la Reina y ha demostrado ser experta en recuperarse de puntos bajos.
Los jubileos son fundamentales para renovar la relación de la familia real con el pueblo británico. Simultáneamente refuerzan la separación de la monarca de sus súbditos e intentan integrar la monarquía en la vida cotidiana.
Una historia de los jubileos reales
Los primeros 25 años de la reina Victoria en el trono no se celebraron con un jubileo porque estaba de luto por la muerte de su esposo, el príncipe Alberto. En 1887, sin embargo, el Jubileo de Oro de la Reina Victoria fue un evento ambicioso que marcó la pauta para futuras celebraciones.
Su Jubileo de Oro reforzó el estatus imperial de Gran Bretaña con visitas de dignatarios coloniales, una elaborada procesión por Londres y eventos de celebración en todo el Imperio Británico.
La reina Victoria tenía problemas de salud cuando llegó el momento de su Jubileo de Diamante en 1897, pero las celebraciones aún fueron elaboradas y enfatizaron el papel de la Reina como “madre” del Imperio Británico.
El primer Jubileo de Plata de Gran Bretaña honró al Rey Jorge V en 1935 y proporcionó un modelo para las celebraciones actuales. Su reinado estuvo marcado por un mes de discursos reales, servicios religiosos, una procesión por Londres y festividades en todo el Imperio Británico y la Commonwealth.
En medio de la Gran Depresión, el jubileo atrajo algunas críticas, pero se consideró un gran éxito en general, tanto una distracción bienvenida como un refuerzo del alcance global de Gran Bretaña.
A medida que se acercaba el jubileo de plata de la reina Isabel en 1977, surgieron dudas sobre la conveniencia de celebrar la monarquía durante un periodo de crisis económica, creciente nacionalismo en Gales, Escocia e Irlanda del Norte, y una reducción significativa del poder global de Gran Bretaña.
No obstante, el Jubileo de Plata se llevó a cabo con un calendario de eventos que enfatizó la tradición y la unidad, tanto en el país como en el extranjero. La Reina viajó por todas partes del Reino Unido, incluido un arriesgado viaje a Irlanda del Norte y visitó todos los países de los que era jefa de Estado.
La “Semana del Jubileo” contó con el encendido de una cadena simbólica de hogueras en toda Gran Bretaña, un viaje en barco real por el río Támesis y miles de fiestas callejeras. Demostró la capacidad de un jubileo para redirigir la atención pública hacia la estabilidad y la legitimidad de la monarquía.
Jubileos reales modernos
Los jubileos reales recientes han pasado de un énfasis en la tradición a eventos más centrados en la comunidad. En 2002, el Jubileo de Oro fue una oportunidad para que la Reina agradeciera a su pueblo por “su apoyo y lealtad durante su reinado” luego de las críticas generalizadas a la respuesta de la Familia Real a la muerte de Diana, la Princesa de Gales.
La Reina repitió sus viajes por el Reino Unido y muchas partes del antiguo Imperio Británico mientras millones asistían a un “Fin de semana de jubileo”. La Reina también mostró su voluntad de modernizarse y conectarse con el público al presentar un concierto pop “Party at the Palace”, que fue visto por más de 200 millones de personas en todo el mundo y se ha convertido en un elemento fijo en los jubileos posteriores.
A pesar de las predicciones de que el Jubileo de Oro fracasaría debido a la disminución del apoyo público a la monarquía, no se podía negar el éxito de las celebraciones. Una década más tarde, una combinación similar de tradición e innovación para el Jubileo de Diamante de la Reina llevó sus índices de aprobación pública a un nuevo máximo.
A medida que la Reina se acerca a su cumpleaños número 96 y solo realiza “tareas livianas”, será difícil replicar tales celebraciones con el Jubileo de Platino.
Jubileo de este año
La popularidad personal de la Reina sigue siendo alta, pero el apoyo a la monarquía está disminuyendo tanto en Gran Bretaña como en la Commonwealth.
El desafío para el jubileo de este año es promover el respeto por el estatus único de la Reina, al mismo tiempo que genera apoyo público para sus sucesores; hasta ahora, las señales no son positivas.
La reciente gira del príncipe William por el Caribe fue recibida de manera mucho más crítica que las visitas anteriores de su abuela. Los países de la Commonwealth, como Canadá, han reemplazado las celebraciones de jubileo a gran escala con recursos de bricolaje y eventos de base, mientras que el gobierno de Jamaica se ha negado a celebrar, citando el jubileo como un símbolo de colonialismo y opresión.
William reconoció que su gira había “enfocado más preguntas sobre el pasado y el futuro “, pero el calendario de eventos de este año no sugiere un ajuste de cuentas con el pasado colonial de Gran Bretaña, sin importar cuán necesario sea.
En cambio, las celebraciones del Jubileo de Platino se basarán en muchas de las tradiciones que han reforzado el apoyo a los monarcas desde principios de 1800: el encendido de balizas, la presentación de medallas del Jubileo, un Fin de Semana del Jubileo festivo y el Desfile de Platino.
Lo nuevo y lo viejo también se unirán en eventos más orientados a la comunidad, como el Gran Almuerzo del Jubileo, el Pabellón Verde de la Reina y el Concurso de Pudín de Platino.
Esta combinación de tradición y novedad ha servido bien a la Reina en jubileos pasados. Podría tener éxito de nuevo.