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EU restablece lazos con palestinos con reapertura de consulado en Jerusalén

Esa relación había quedado en un segundo plano durante la administración del ahora expresidente Donald Trump.

El secretario de Estado Antony Blinken anunció este martes la reapertura del Consulado General de Estados Unidos en Jerusalén, una medida que restablece los lazos con los palestinos, los cuales quedaron en segundo plano durante la administración del expresidente Donald Trump.

El consulado sirvió durante mucho tiempo como una oficina autónoma a cargo de las relaciones diplomáticas con los palestinos, pero Trump degradó sus operaciones y las puso bajo la autoridad de su embajador en Israel.

La medida enfureció a los palestinos, que ven a Jerusalén oriental como un territorio ocupado y la capital de su futuro estado.

Blinken anunció la medida durante una visita a la región para reforzar el alto el fuego de Gaza luego de una guerra de 11 días entre Israel y Hamas.

Durante su visita Blinken prometió “movilizar apoyo internacional” para ayudar a Gaza tras la devastadora guerra, donde más de 250 personas, la mayoría palestinos, murieron y dejó una destrucción generalizada en el empobrecido territorio costero. La tregua que entró en vigencia el viernes ha aguantado por ahora, pero no abordaba ninguna de las causas del conflicto.

Blinken, que habló tras reunirse con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo que Estados Unidos abordaría la “grave situación humanitaria” en el territorio costero, pero que también se aseguraría de que Hamas, el grupo que gobierna Gaza, no se beneficie de la ayuda a la reconstrucción.

“Sabemos que para prevenir el regreso a la violencia, debemos usar el espacio abierto para afrontar un conjunto mayor de problemas y retos subyacentes. Y lo primero es ocuparnos de la grave situación humanitaria en Gaza y comenzar a reconstruir”, reconoció.

“Estados Unidos se esforzará por movilizar el apoyo internacional para ese esfuerzo a la vez que haremos nuestros propios aportes significativos”. Añadió que Washington y sus socios colaborarán pata “asegurar que Hamas no se beneficia con la ayuda a la reconstrucción”.

Blinken no se reunirá con Hamas, que no reconoce el derecho a la existencia de Israel y a la que ese país y Estados Unidos consideran una organización terrorista.

En su gira, Blinken encontrará los mismos obstáculos que han complicado un proceso de paz más amplio durante más de una década, como un combativo gobierno israelí, divisiones entre los palestinos y tensiones profundamente arraigadas en torno a Jerusalén y sus lugares de culto.

El diplomático, que aterrizó este martes por la mañana en el Aeropuerto Internacional Ben Gurion, es el funcionario estadounidense de mayor rango que visita la región desde que Joe Biden asumió la presidencia de Estados Unidos. Le recibieron en el aeropuerto el ministro israelí de Exteriores, Gabi Ashkenazi, y otros funcionarios.

La Casa Blanca tenía la esperanza de distanciar a Estados Unidos de los complejos conflictos en la región y centrarse en la competencia con China y el cambio climático, pero como muchos de sus predecesores, Biden se vio arrastrado de nuevo a Oriente Medio por otro brote de violencia.

Blinken comenzó su visita en Israel, donde Netanyahu, lucha por su futuro político tras las cuartas elecciones sin definición en dos años. Netanyahu afronta crecientes críticas de israelíes que dicen que puso fin a la ofensiva demasiado pronto, sin obligar a detener los ataques de cohetes palestinos ni asestar un golpe mayor a Hamas.

La guerra se vio desencadenada por semanas de enfrentamientos en Jerusalén entre la policía israelí y manifestantes palestinos en el complejo de la Mezquita de Al-Aqsa y sus alrededores. Las protestas respondían a las agresivas tácticas de la policía israelí en el disputado recinto durante el mes sagrado musulmán del ramadán, así como a la amenaza de desahucio sobre decenas de familias palestinas a instancias de colonos judíos.

Los desalojos se paralizaron justo antes de que estallaran los combates en Gaza, pero el proceso legal se reanudará en las próximas semanas. La policía chocó brevemente con manifestantes en Al-Aqsa el viernes, horas después de que entrara en vigencia el cese del fuego. El lugar es sagrado para judíos y musulmanes, y ha registrado varios brotes de violencia entre israelíes y palestinos a lo largo de los años.

Es improbable que Netanyahu haga concesiones públicas sobre Al-Aqsa o los desahucios, porque se interpretaría como ceder a las demandas de Hamas.

Para aumentar las tensiones, un soldado israelí y un civil resultaron heridos el lunes en ataques con arma blanca en Jerusalén Oriental antes de que la policía matara a tiros al agresor en lo que describieron como un ataque terrorista.


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