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¿Qué tanto daño hacen las alitas de pollo?

Pese a su popularidad, la preparación de las alitas de pollo como el aperitivo que conocemos podría ser perjudicial para tu organismo.

Las alitas de pollo son un clásico, ya sea como botana para acompañar algún partido de futbol o como un aperitivo más en forma, pero pese a que son ricas y económicas, su consumo en exceso puede conllevar algunos riesgos para la salud, como una posible intoxicación alimentaria.

De acuerdo con el Physicians Committee for Responsible Medicine, el colesterol, los carcinógenos, los patógenos y las heces que se encuentran en el pollo pueden aumentan el riesgo de enfermedades cardiacas, así como cáncer de mama y próstata o infecciones del tracto urinario, causadas principalmente por la E. coli.

Dejando de lado beneficios como sus proteínas, vitaminas y minerales, si el pollo se come crudo puede estar contaminado con bacterias Campylobacter o Salmonella, lo que pondría en peligro tu salud.

¿Cuánto daño hacen las alitas de pollo?

Según el blog de nutrición y salud estadounidense Satia, la mejor parte del pollo en términos de grasa, proteína y colesterol es la pechuga. En cambio, las alitas tienen un tercio más de colesterol, lo que favorecería un riesgo de enfermedad coronaria, obesidad y otros problemas de salud.

Sin embargo, el mayor problema en las alitas se encuentra en las calorías ocultas, la grasa, el exceso de azúcar, sal, carbohidratos o colores artificiales de la salsa con la que se cubre (muchas veces más de un solo sabor).

Sin recubrir y manteniendo la piel, podrían contener aproximadamente 89 calorías y 6.3 gramos de grasa; lo que puede aumentar hasta 100-200 por cada ala. De acuerdo con el U.S. Department of Agriculture una porción de 100 gramos de salsa Ranch contiene 484 calorías y la BBQ 172.


Es por ello que se recomienda limitar su ingesta y probar con opciones horneadas o limitar las salsas con las que se acompaña para evitar riesgos.

Además del aceite extra, se rebozan, fríen y condimentan, por lo que el aceite con el que se cocinan puede generar (en grandes cantidades) problemas digestivos y cambios en la microbioma intestinal.

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