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El comisario general de Guadalajara, Juan Pablo Hernández González, de 43 años, de edad, es señalado de presuntos nexos con personajes del crimen organizado.
Hernández González era el titular de la policía, relevó en el cargo al General de División Diplomado del Estado Mayor Presidencial, retirado, Luis Arias González.
Se ha desempeñado en el ámbito policial desde hace 23 años, es licenciado en Derecho por el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la UdeG, y es Maestro en Ciencias Forenses por la Universidad Marista de Guadalajara.
También cuenta con la especialidad académica en “Delincuencia Organizada, Corrupción y Terrorismo” por la Universidad de Salamanca en España.
Ha sido Comisario de Seguridad Pública encargado de la Subdirección Operativa de la Comisaría General de Seguridad Pública del Ayuntamiento de Zapopan.
También se ha desempeñado como Comandante encargado de la Unidad de Reacción E.R.O.E. de la Comisaría General de Seguridad Pública del Ayuntamiento de Zapopan, y como Supervisor General de áreas operativas de la Policía Preventiva Municipal de San Pedro Tlaquepaque.
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El jefe policial de Guadalajara, y el ex Secretario de Seguridad Pública, Daniel Velasco Ramírez, se habrían sentado con integrantes del crimen organizado a negociar; según archivos de la SEDENA hackeados por el colectivo Guacamaya.
Se trata de un documento de enero de 2019 atribuido al Centro Nacional de Inteligencia, en el cual se reporta que Hernández González, en su cargo de director operativo de la Comisaría de Zapopan en el Gobierno municipal de Pablo Lemus, sostuvo un encuentro con un supuesto líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), Armando Gómez Núñez, alias “Máximo” o “Delta 1″, quien, posterior a la reunión fue aprehendido en Jardines del Country el 21 de junio de 2020, por la Fiscalía General de la República.
La filtración expone que la reunión incluyó a otros comandantes de policías locales de la ZMG y se verificó en el restaurante ‘Toks’ de La Gran Plaza, en Zapopan.
Dicho encuentro se habría concretado con la mediación de César Iván Briseño Aguirre, un ex policía investigador de la fiscalía estatal, que sería el enlace entre líderes del CJNG y autoridades municipales, estatales y federales que facilitan las actividades del grupo delictivo. Este sujeto también fue policía de Guadalajara.
Luego, cuestionado por medios de comunicación, el alcalde tapatío Pablo Lemus aseguró que el agente no estaba adscrito a su corporación.
Agregó que él se encuentra tranquilo y no le preocupa que sea objeto de un posible espionaje, luego de las filtraciones que señalan que la Sedena realiza este tipo de acciones. “A mí que me esculquen, que escuchen mis llamadas, tengo mi conciencia tranquila”, aseguró.