Espectáculos

Raquel Bigorra confiesa que sí conoció a ‘El Tamalito’, quien trabajó con Arturo Beltrán Leyva

La conductora es una de las famosas que se menciona en el libro ‘Las señoras del narco. Amar en el infierno’, de Anabel Hernández.

La cubana Raquel Bigorra es uno de los nombres de las famosas que son relacionadas con el narcotráfico por parte de la periodista Anabel Hernández, quien asegura que la conductora mantuvo una relación sentimental con Fernando López Salinas, apodado como ‘El Tamalito’, entre 2008 y 2010.

Este personaje era operador financiero de Arturo Beltrán Leyva, además de empresario dueño de bares y restaurantes en la Ciudad de México, como el Gabanna, ubicado en Insurgentes Sur, en donde Bigorra aceptó haber trabajado al dar su show.

En un encuentro con los medios de comunicación, Raquel afirmó que lo conoció porque era el dueño. “Lo conozco como el licenciado Fernando. Lo conocí cuando estuve trabajando en ese centro nocturno, que trabajé una temporada larga”, expresó vía Michelle Ruvalcaba.

Sin embargo, argumentó que el ambiente entre ellos solo fue laboral y ella tenía entendido que el lugar tenía todo conforme a la ley. “Claro que lo conocía, claro que lo veía todas las semanas, ahí estaba, pero no es algo que me espante”.

Al ser cuestionada sobre los posibles regalos que recibió de los recursos del narcotráfico, argumentó que su casa en San Ángel la obtuvo luego de un crédito, incluso antes que cantara ahí. “Que digan que alguien me daba regalos tampoco me quita el sueño, pero me incomoda porque mi trabajo me ha costado”, añadió.

¿Qué dice el libro de Anabel Hernández sobre Raquel Bigorra?

En Las señoras del narco. Amar en el infierno, Hernández asegura que la versión de sus allegados fue confirmada por exfuncionarios de la Policía Federal, quienes dicen que la cubana fue vista en la residencia de ‘El Tamalito’, así como los recuerdan tomados de la mano.


“La única que sí sabía quién era realmente López Salinas era Raquel Bigorra, que andaba con él”, escribió a sus testigos, que dicen que le daba una “vida de princesa”, aparentemente también a su grupo de amigas que trabajaban en TV Azteca.

Además de la casa y una nueva dentadura, se lee que entre los costosos obsequios que le habría dado se incluyen bolsos de marca, joyas y un automóvil de lujo.

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