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Tres cosas que puede hacer Volkswagen para dejar de ‘sangrar’

Luego del escándalo de Volkswagen por manipular su software para las pruebas de emisiones de los motores diésel y ahora también los de gasolina, terminando con su reputación de eficiencia e ingeniería, la empresa puede hacer tres cosas para parar de sufrir.

Primero, nos enteramos de que Volkswagen vendió 11 millones de autos diésel diseñados específicamente para ocultar emisiones mortales de óxidos de nitrógeno. Ahora se nos dice que otros 800 mil vienen escupiendo lecturas defectuosas de dióxido de carbono, justo lo que tratarán más de 80 líderes mundiales este mes en reuniones por el clima en París.

Es difícil imaginar un escándalo más perjudicial. Esta es una empresa que construyó su marca moderna en base a la eficiencia, la ingeniería y las sensaciones cálidas y felices (piense en los jarrones de flores incorporados a los Escarabajos de VW y en los comerciales de amigos queridos manejando hechizados por el álbum Pink Moon, de Nick Drake). Engaño, polución y cáncer de pulmón. Eso no inspira sensaciones cálidas y felices.


Desde que estalló el escándalo, Volkswagen perdió cerca de la mitad de su valor de mercado y los precios de sus autos están en caída.
Para no perder a una generación de entusiastas, estas son tres cosas que la empresa debe hacer para remolcarse fuera del estiércol:

Confesar todo. Si hay más problemas, Volkswagen tiene que encontrarlos y revelarlos inmediatamente. Hacerlo lentamente y de a cuentagotas es peor que una gran confesión;

Arreglar los problemas.
Los clientes compraron modelos Volkswagen creyendo que eran vehículos veloces, eficientes en su uso de combustible y ecológicos. Hay que arreglar los autos para que sean así u ofrecer reembolsos;

Ganarle a Tesla. Mientras los ingenieros de Volkswagen escribían códigos de software para hacerle creer al mundo que el diésel podía ser un combustible de quema limpia, Tesla construía el auto a batería del futuro. Olvide las trampas respecto de las emisiones: los autos eléctricos ni siquiera tienen caños de escape. Tesla le lleva una ventaja de miles de millones de dólares, pero se trata de Volkswagen, el mayor fabricante de vehículos del mundo. VW podría aplastarla.

PROMESAS INSUFICIENTES

Hace algunas semanas, Volkswagen emitió un comunicado de prensa en el que se comprometió a hacer de la eficiencia una prioridad más alta tras el escándalo, con un foco en los autos eléctricos e híbridos. Pero se trata en su mayoría de cosas incrementales: una nueva plataforma modular para crear versiones eléctricas de las transmisiones de autos populares y la próxima generación del modelo Phaeton de alto rendimiento pensada para los compradores de Tesla.

Eso sigue siendo tratar de alcanzarla, algo que casi todos los otros fabricantes de vehículos (y Google y Apple) también están haciendo. No es suficiente.

Hasta ahora, ninguno de los grandes fabricantes de autos apostó todo a los autos eléctricos. BMW fue comparada favorablemente a Tesla muchas veces en los últimos doce meses, pero seamos honestos: su modelo híbrido i8 es una obra de arte en cuanto a la ingeniería, pero el enchufe es prácticamente inútil, pues ofrece una autonomía eléctrica de unos 32 kilómetros antes de pasar a los combustibles fósiles. El i3, si bien es más accesible que la línea actual de Tesla, tiene una autonomía de cerca de 128 kilómetros por carga, menos que un Nissan Leaf.

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Simplemente no hay ningún auto eléctrico en el mercado actual que se acerque remotamente a los de la mejor, Tesla:

- Autonomía: casi 480 kilómetros;
- Aceleración: de 0 a 100 kilómetros por hora en 2.8 segundos;
- Funciones: "piloto automático" líder en la industria que mejora constantemente;
- Fecha de lanzamiento del más accesible Model 3, de 30 mil dólares: 2017.

VW podría ser el verdugo de Tesla (o por lo menos un rival respetable) si realmente se mentalizara para ello. Tiene dos grandes ventajas: el dinero y la escala. Tesla gastará cerca de mil 700 millones de dólares este año para desarrollar su negocio y Wall Street la detesta. No pasa una sola llamada en conferencia de informe de ganancias sin que los analistas echen humo por la cantidad de dinero que la empresa está consumiendo. Pero es un pequeño precio a pagar para los estándares de VW. Volkswagen gastó casi ocho veces esa cifra sólo en investigación y desarrollo el año pasado y tiene una caja de cerca de 30 mil millones de dólares.

El mayor problema de Tesla es expandir la escala de sus operaciones. La lista de espera de su nuevo Model X se extiende hasta el segundo semestre del año que viene y su división emergente de baterías tiene reservas hasta 2017. Con el más accesible Model 3, que será presentado en marzo y saldrá a la venta en 2017, su máximo responsable ejecutivo, Elon Musk, espera pasar de 50 mil unidades vendidas en 2015 a 500 mil en 2020. Muchos analistas no lo creen posible. En comparación, Volkswagen ya vende 10 millones de autos por año. La escala no es problema.

Volkswagen recibió una lección de humildad con una caída del valor de sus acciones a cerca de 58 mil millones de dólares, o 7.5 veces sus ganancias estimadas para 2015. La arribista Tesla tiene un valor de mercado de 30 mil millones de dólares sin obtener ganancias. Tesla recibe mucha buena voluntad de clientes e inversores porque está apostando todo para hacer que el futuro de los autos llegue antes.

Ningún otro gran fabricante de vehículos ha hecho lo mismo, si bien llegarán rudimentos de autos eléctricos más competitivos durante los próximos tres años. Si Volkswagen realmente lo deseara, podría ser la primera en vender un modelo completamente eléctrico con 480 kilómetros de autonomía a menos de 30 mil dólares. La única manera de compensar el pasado es comprometerse con el futuro.

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