Las nuevas tendencias de consumo, así como la importancia que ha tomado la llamada generación de los millennials, aquellas personas nacidas entre los años 1981 y 2000, han modificado el portafolio de las empresas de alimentos en México, que comercializan una gama más amplia de productos light, los cuales llegan a ser hasta cinco veces más caros, dependiendo de la categoría.
De acuerdo con un ejercicio realizado por EL FINANCIERO, una caja de Splenda, endulzante sin calorías, tiene un precio cinco veces más alto que un paquete da azúcar. De igual manera, el cereal Nestlé Fitness es 1.2 veces más caro que los Corn Flakes; y un paquete de pan mediano de la marca Bimbo tiene un valor 24 por ciento mayor que uno tradicional.
Según especialistas en el sector consumo, la estructura en costos depende de los insumos que se utilicen en los productos.
Un estudio de Kantar Worldpanel expone que alrededor del 80 por ciento de los millennials está preocupado por su salud, mientras que el 40 por ciento pone atención al tema del sobrepeso.
El cambio en las tendencias de consumo en México y los impuestos aplicados a los alimentos y bebidas con alto contenido calórico en 2014 obligaron a las empresas a renovar su portafolio de productos para intentar recuperar a los consumidores. Grupo Bimbo agregó 81 productos con nuevos ingredientes durante el año pasado, mientras que Coca-Cola añadió al menos siete nuevas bebidas bajas en calorías en la categoría de bebidas.
En tanto, PepsiCo, cuya embotelladora en México es Cultiba, también realizó al menos seis lanzamientos, sin contemplar los cambios que hizo en sus empaques y envases.
Juan Gallardo, CEO de Cultiba, comentó que durante el segundo trimestre del 2015 lanzaron un producto llamado Frutzzo, como parte de la oferta de productos de su joint- venture con Jumex, con el objetivo de enfocarse en las categorías saludables y de mayor bienestar.
Raúl Ochoa, analista de Interacciones, comentó que las modificaciones que han realizado empresas como Grupo Bimbo y Coca-Cola forman parte de un cambio de tendencia hacia lo saludable, así como por el problema de obesidad en el país.
"Sin embargo, es complicado cambiar la receta porque el consumidor ya está acostumbrado y si no le gusta puede costarle más caro a la empresa", consideró.