Se atribuye a Porfirio Díaz la frase "Madero soltó al tigre", estando a bordo del buque que lo llevaría al exilio, en 1911, en referencia al primer movimiento revolucionario del siglo XX que derrocó la dictadura y culminó formalmente con la promulgación de la Constitución de 1917, con la que se dio inicio a un régimen político ya no de un hombre, sino de un solo partido.
El proceso actual en que se encuentra inmerso el país parece guardar similitudes con las condiciones de 1910, que pudieran resumirse en un gran desencanto social con el régimen que condiciona, una vez más, la orientación de las preferencias hacia la alternativa entre continuidad o cambio, sólo que en esta ocasión existe un ingrediente adicional: la amenaza.
Un sector advierte sobre los peligros de optar por un modelo que se asemeja al de estados dictatoriales, fundado en el populismo. Otro sector señala los riesgos de continuar con un sistema estropeado y catalizado por la corrupción.
Otro más, recientemente, suma a la colección de terrores la advertencia de que nuevamente se soltará al legendario y ciertamente violento tigre, si los resultados no le favorecen.
La estrategia de terror y denostación que ha sido denominador común a los contendientes desde el inicio del proceso, encuentra un vehículo sumamente eficiente en las redes sociales, de gran penetración y versatilidad para la manipulación del mensaje, que bien pudieran ser empleadas para difundir contenidos propositivos, con altura de miras y calidad política.
La ausencia de ellos, es lo que verdaderamente debe dar miedo.