Mercados

¿Estamos cerca de una guerra de divisas?

Cuando la semana pasada China permitió una baja del yuan y sacudió los mercados mundiales por segunda vez en cinco meses, el secretario de Hacienda Luis Videgaray lanzó una advertencia: Podríamos estar entrando en una ronda de devaluaciones competitivas, es decir, una guerra de divisas. 

Las autoridades de los bancos centrales de todo el mundo quizá se hayan hecho la misma promesa de fin de año: una moneda más débil.

Lo digan o no lo digan, los funcionarios parecen pensar en depreciar el tipo de cambio como solución para que haya más demanda e inflación en tanto se agotan o resultan ineficaces otros instrumentos de estímulo.

Apenas la semana pasada, la política cambiaria de China sacudió los mercados mundiales por segunda vez en cinco meses cuando las autoridades permitieron la baja del yuan. Esto mereció una advertencia del secretario de Hacienda de México, Luis Videgaray, respecto a que el mundo se enfrenta otra vez al peligro de devaluaciones competitivas.

Entretanto, el Riksbank de Suecia dijo estar dispuesto a intervenir para limitar las alzas de la corona, mientras que el presidente del Banco Nacional de Suiza, Thomas Jordan, reiteró su promesa de mantener controlado el franco a casi un año de eliminar un techo cambiario.

APUNTAR AL TIPO DE CAMBIO 

Los funcionarios de importantes bancos centrales también podrían tener muy presente el tipo de cambio. Aun cuando el mes pasado la Reserva Federal elevó la tasa de referencia, funcionarios como el vicepresidente Stanley Fisher destacaron que el alza del dólar desde mediados de 2014 anteriormente los había llevado a abstenerse de actuar.

En el Banco Central Europeo, el presidente Mario Draghi señaló el mes pasado que el euro era "importante para la estabilidad de los precios y el crecimiento" en tanto incrementaba el estímulo. El aumento del yen podría obligar al gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, a pensar en más flexibilización cuantitativa. El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, se mostró más proclive a mantener bajas las tasas después que la libra, el año pasado, subió por las versiones de que el Reino Unido pronto seguiría los pasos de la Fed con los aumentos.

Hay un "nuevo régimen mundial en el que muchos bancos centrales de hecho se centran en el tipo de cambio, lo que –se anuncie o no se anuncie- provoca una dañina volatilidad adicional e incertidumbre en los mercados y las empresas", escribió el domingo Erik Nielsen, economista jefe de UniCredit Bank AG, en un informe a los clientes.

Lo que Nielsen denomina un sistema de tipos de cambio de "flotación administrada" podría ser contraproducente para la economía mundial dado que las alzas de un país a costa de un tipo de cambio más barato probablemente se verían compensadas por un crecimiento más débil en sus rivales comerciales.

Perjuicios pasados son lo que motiva la mayor disposición de China a depreciar el yuan, según George Saravelos, estratega de Deutsche Bank AG en Londres. Ese podría ser un tema de intensas discusiones dado el papel de China de presidente del Grupo de los 20 este año.

"La economía china se ha visto afectada porque la moneda estaba atada al dólar aun cuando el resto del mundo devaluaba activamente", les dijo Saravelos a los clientes la semana pasada. "China ya no tolerará devaluaciones competitivas del resto del mundo", advirtió.

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