El financiamiento automotriz en México atraviesa una etapa de retos complejos. La entrada masiva de nuevas marcas —21 de ellas chinas—, junto con la incertidumbre macroeconómica y política, ha transformado el comportamiento de los consumidores.
No obstante, este escenario también abre oportunidades. Actualmente, el 60 por ciento de las ventas de vehículos en el país se realizan mediante algún esquema de financiamiento, reflejando confianza y un cambio cultural en la forma en que los mexicanos adquieren autos.
Según el reporte Financiamiento y Compradores de Vehículos Ligeros de julio de 2025, difundido por la AMDA con apoyo de JATO y Urban Science, el promedio de compra a crédito alcanza el 61.3 por ciento, considerando autos particulares y unidades para flotillas.
En este contexto, Manuel Dávila, director general de Volkswagen Financial Services (VWFS) en México, señaló en entrevista que el país se ha convertido en uno de los mercados más competitivos del mundo, solo detrás de China.
“En este entorno, el financiamiento juega un papel central: seis de cada diez autos se adquieren mediante crédito, arrendamiento o planes flexibles, reflejo de una evolución cultural en la adquisición de vehículos”, afirmó.
Flotillas corporativas: un ejemplo de transformación
Dávila destacó que la transición es particularmente evidente en el sector de flotillas corporativas, donde empresas de transporte, logística y distribución requieren flexibilidad para renovar sus unidades y responder a la demanda.
“El modelo de crédito revolvente asegura que la movilidad empresarial no dependa de activos inmovilizados, sino de soluciones financieras que mantengan las flotas actualizadas y optimicen su eficiencia operativa”, explicó.
VWFS cuenta con más de 1,300 clientes con líneas de crédito revolventes que permiten sustituir vehículos sin interrumpir operaciones, optimizar costos y reducir riesgos. Una de estas líneas alcanza los 3,500 millones de pesos, un caso único dentro de la financiera a nivel global.
En paralelo, el arrendamiento y los esquemas con pago final, como su esquema Balloon Credit, ganan relevancia. Actualmente representan cerca del 45 por ciento de las operaciones de VWFS, y podrían alcanzar el 50 por ciento hacia finales de 2025, impulsando vehículos comerciales como la nueva Transporter.
De propietarios a usuarios: el cambio generacional
El factor generacional es clave en la transformación del financiamiento automotriz. Los jóvenes priorizan el usership sobre la propiedad (ownership). “Buscan arrendamiento, deducibilidad fiscal y la posibilidad de renovar cada tres o cuatro años. Productos como my leasing, que incluyen seguro y servicios, ofrecen movilidad sin la carga de la propiedad a largo plazo”, explicó Dávila.
Por otro lado, generaciones mayores aún valoran tener la factura en mano, aunque empiezan a migrar hacia esquemas de recompra y financiamiento de seminuevos, un segmento que VWFS ha visto crecer 11 por ciento en 2025.
Un ecosistema integral de movilidad
VWFS no se limita al crédito. Su estrategia contempla un ecosistema de movilidad que integra seguros, mantenimiento y garantías de hasta ocho años, asegurando valor residual, reduciendo hasta 40 por ciento los costos de servicio y permitiendo al cliente planear su movilidad con certidumbre financiera.
A esto se suman programas de lealtad como Eternización y Loyalty Driver, marcas registradas en México que brindan experiencias diferenciadas a quienes renuevan con la marca. Lanzada en 2024, esta estrategia ya representa tres puntos porcentuales de la penetración total de mercado del grupo.
“Hoy no se trata solo de financiar autos, sino de acompañar al cliente en su movilidad con soluciones a medida. El financiamiento es la llave que permite acceder a ella”, concluyó Dávila.
Con estas estrategias, Volkswagen Financial Services proyecta cerrar 2025 con una penetración de 44 por ciento en las ventas del grupo, un punto porcentual más que en 2024, consolidando su papel como motor de crecimiento del consorcio en México.
