Un desarrollo más lento y cuidadoso de esa tecnología permitirá perfeccionar la toma de decisiones a las que este tipo de autos se enfrentarán, por ejemplo en aquellos casos en los que las consecuencias sean fatales.
El socio de conducción autónoma de Ford, Argo AI, ha estado trabajando para relajar al robot detrás del volante y darle la confianza de los conductores humanos.