Sociedad

Focos rojos en tratamiento de enfermedades renales

Actualmente los pacientes se enfrentan no sólo la falta de atención médica, sino también la falta de profesionalización de médicos, que no reportan las reacciones adversas de los medicamentos que prescriben.

CIUDAD DE MÉXICO. Al delicado problema de salud pública que representa la enfermedad renal en México, se suman otros factores que representan focos rojos para el tratamiento de este padecimiento y que se relacionan con la fármaco-vigilancia, la polifarmacia, la automedicación y la falta de una mejor preparación médica.

En México se calcula que nueve millones de mexicanos están afectados por la enfermedad renal, un padecimiento que crece a gran velocidad y que requiere de forma urgente encontrar modelos de atención integral para todos los afectados, algo que aún no existe.

Carlos Castro, presidente ejecutivo de la Fundación ALE, asegura que "no existe cobertura universal para quienes padecen enfermedad renal, dejando a la buena de Dios a miles de pacientes", pues admite que aunque ha habido avances como la inclusión del trasplante renal para los menores de edad, aún falta la población adulta afectada, que merece también la atención.

A este problema se añaden otros que complican aún más la situación, entre ellos se encuentra la fármaco-vigilancia, entendida como aquel proceso en el que se vigila la aplicación, efectos e interacción de los medicamentos, en este caso para el tratamiento de enfermedad renal.

Durante una reunión académica realizada en la Academia Nacional de Medicina, sobre enfermedad renal, Rocío Alatorre, comisionada de Evidencia y Manejo de Riesgos de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), destacó que uno de los problemas es que a pasear de que existe una norma que estipula el reporte de reacciones adversas de cualquier medicamento, no existe una cultura por parte de los profesionales de la salud, para hacerlo.

El gran reto es avanzar en la profesionalización para que exista la cultura para conocer los efectos de los medicamentos y detectar problemas de forma oportuna, señaló al añadir que la mayoría de los grupos de medicamentos, se asocian con algún mecanismo fisiopatológico, donde interviene la salud del riñón.

Abundó que en México, de las 852 reacciones adversas reportadas, el 44 por ciento se asocia a desórdenes renales.

En su oportunidad, Ricardo Correa Rotter, jefe del departamento de Nefrología y Metabolismo Mineral del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, Salvador Zubirán, comentó que otro problema que se ha observado es la polifarmacia y el uso indiscriminado de medicamentos, especialmente en las personas ancianas.

El problema en el sistema educativo es en dos vertientes, explicó, con los médicos que no saben o no tienen cuidado con la prescripción y con la educación global de la población, donde cualquier persona prescribe y todos se sienten doctores.

Por ello considera que uno de los factores de riesgo para enfermedad renal es el nivel socioeconómico, pues en el interviene el acceso a los servicios de salud, medidas preventivas y por supuesto la educación.

"Existe en nuestros país una ventana de oportunidad y una imperiosa necesidad de mejorar aspectos formativos de los médicos, para entender mejor las enfermedades no transmisibles y la polifarmacia, y el no tener un conocimiento profundo de todas las interacciones de fármacos, que constituye un riesgo sanitario que puede estar ligado a procesos formativos de los médicos, aunque es injusto generalizar, admitió.

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