Yonathan Amador Gomez

Jazziri, los estádares del jazz importan

“Yo siempre tendré muy presente que comencé en la música, de modo serio, para estudiarlo, para especializarme, en el jazz”: Jatziri Gallegos. Jatziri es integrante del staff de académicos del Centro de Estudios de Jazz de la Universidad Veracruzana.

Al querido Tino Contreras, hasta el Olimpo de los jazzistas.

Seguramente en algún momento de nuestras vidas nos hemos topado, en la búsqueda de empleo, con anuncios en los que piden una, dos, tres, cuatro, cinco, sin fin de habilidades, conocimientos, experiencia y sobre todo no sobrepasar cierta edad, es decir, jóvenes. Generalmente cuando uno es joven no tiene tanta experiencia y acumulación de conocimientos y habilidades y viceversa, cuando se tiene las herramientas ya no se es tan joven. Jatziri Gallegos, puede presumir que logra conjuntar ambos.


Chilanga de nacimiento y neoyorquina de formación, ha adoptado a Jalapa como la ciudad para radicar y ejercer. Jatziri es integrante del staff de académicos del Centro de Estudios de Jazz de la Universidad Veracruzana (JazzUV) en donde continúa, también, con su trabajo de divulgación de este género, así como de la música latinoamericana.


“Llegué a Nueva York como una amateur”. Durante casi una década Jatziri estudió, exploró, interpretó el jazz en sus distintas formas, ahí mismo por las circunstancias, comenzó el mismo proceso con la música latinoamericana, el cual eventualmente incorporó a su repertorio. Con ese bagaje, regresó a México y se instaló en Jalapa en donde comenzó un contacto más cercano con la tradición y el folclore mexicano.


De manera totalmente orgánica surgió Jazziri, proyecto en el que se hace acompañar, principalmente de Edgar Dorantes al piano y Lasse Morck en el contrabajo; músicos a quienes conoció a los pocos meses de llegar a Jalapa y con quienes tuvo una química inmediata.


Si bien la experiencia adquirida en la Gran Manzana al tocar con músicos de diversos estilos y hasta nacionalidades, le dio a Jatziri la habilidad de adaptarse a grupos y ensambles diferentes, los intereses compartidos con Edgar y Lasse la llevaron a meterse al estudio para una sesión, de la que salieron dos discos, grabados durante la pandemia: Jazziri Vol. 1 y Vol. 2.


Lo que comenzó como un especie de homenaje y honrar el repertorio del American Songbook, en el cual Jatziri se siente como pez en el agua, se fue tornando en un proyecto en el que se exploraron variadas instrumentaciones, desde dueto, trío, cuarteto, hasta llegar al quinteto.


En los dos discos —que se pueden adquirir en su página de Bandcamp—, en su casi totalidad hay estándares de jazz y temas clásicos del bossa nova, música mexicana y latinoamericana como Alfonsina y el Mar y un tema original (Doc Roc’s Blues), en el que Jatziri escribió la letra.


Los temas clásicos del jazz han estado presentes desde hace décadas. Las grandes orquestas mexicanas los interpretaron durante los años 40 y 50, lo mismo los pioneros del jazz en nuestro país y un gran número de músicos. Jatziri no se detiene en el falso debate sobre si un proyecto de jazz mexicano debe o no adoptar esta música, ya que considera, que mientras sea original y sin pretensiones, es válido: " yo siempre voy a cantar covers de jazz… la improvisación nos hace divertirnos bastante alrededor de esos covers”.


Además, Jatziri no pierde de vista la originalidad. El manejo y dominio que tiene sobre el repertorio clásico estadounidense le ha permitido “entender el lenguaje para improvisar, no solo en el jazz, en el swing, en los estilos de este género, sino también en la música mexicana” y a su vez eso liberarla para comenzar a componer sus propias canciones. “Para mi la improvisación me permite tener mi propia voz no importa qué canción esté cantando, si es mía o de alguien más. Pero me gusta pensar que hay veces que uno puede estructurar sus propias canciones y contar sus propias historias de la forma que uno quiere”.


En Jazziri Vol. 1 y 2 uno puede encontrar originalidad en temas conocidos, gracias a los arreglos y a la interpretación. Un Agua de Beber con más swing que bossa, La Martiniana en una especie de vals con aires oaxaqueños y dos blues, así como una exploración instrumental con los duetos y tríos. Con su proyecto y voz, Jatziri Gallegos nos hace recordar porque los clásicos son los clásicos.

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