Yonathan Amador Gomez

Tino Contreras: vivió en y para el jazz

A los 97 años, uno de los pioneros del jazz mexicano, gran músico y promotor incansable de la música, falleció en los primeros minutos de este 9 de septiembre.

Nací el mismo año que Miles Davis, me soltó sin titubeos luego de preguntarle por su edad, seguido de una de sus características risas de travieso. En ese momento hice las matemáticas sobre cuántos años podría tener Tino Contreras… La realidad es que nació dos años antes que el trompetista estadounidense, es decir en 1924. Hoy a los 97 años, uno de los pioneros del jazz mexicano, gran músico y promotor incansable de la música y el jazz mexicano por el mundo, falleció los primeros minutos de este 9 de septiembre.

La última vez que conversé con Tino fue, vía telefónica, hace algunos años cuando escribí un artículo para la revista Relatos e Historias en México sobre la icónica e histórica grabación de 1954 -la primera grabación de jazz, formalmente, en México, con jazzistas mexicanos y con temas originales-. Charlar con Tino era un deleite y me recordaba mucho las conversaciones con mi abuelo José; eran conversaciones llenas de anécdotas y datos que como la improvisación, sabías en dónde comenzaban pero no había certeza de en dónde terminarían o a dónde nos llevaría la conversación.

Tino hizo lo que pocos, se mantuvo activo, tocando, grabando, componiendo, compartiendo con jóvenes músicos y disfrutando la música y el jazz como si fuera la primera vez, hasta el último momento; incluso a inicios de 2021, en plena pandemia, grabó un concierto para La Línea–The London Latin Music Festival.

Todo comenzó en Chihuahua

El jazz, durante la primera mitad del siglo XX, en nuestro país estuvo disperso en distintos discos y con diferentes intérpretes bajo el catálogo de música popular. Si bien existieron diversas bandas y conjuntos que tocaban jazz en vivo como la 622 Jazz Band, de la cual era integrante Miguel Contreras, padre de Tino, pocos o nulos registros quedan de ellos.

Fortino Contreras González, Tino como lo conocemos todos, nació en Chihuahua un 3 de abril. La frontera del estado norteño con Estados Unidos y el crecer dentro de una familia musical ─además de su papá, su mamá cantaba, su abuelo también era músico y su tío Fortino era compositor de música clásica─, le brindó la oportunidad junto a sus hermanos de estar en contacto con el jazz prácticamente desde su etapa inicial de consolidación en los años 30, cuando Tino era un niño y adolescente.

En Ciudad Juárez, a donde se mudó el joven Tino, dirigió su primera orquesta y comenzó a desarrollar la visión y el talento que explotaría a su llegada a la Ciudad de México en los años 40, así como en su incorporación a importantes orquestas como la de Luis Arcaraz o la de Juan García Esquivel y claro en sus proyectos personales.

El timing, el tiempo es fundamental en la música; pero también lo es en la vida. A veces se requiere sólo un espacio y tiempos específicos. Tino confluyó con grandes músicos con quienes hizo historia. De manera involuntaria se convirtieron en los pioneros del jazz en México, con un nivel de ejecución tal que en 1961 anunciados como “El combo de jazz número uno de México”, Tino con su hermano Mario Contreras, Víctor Ruiz Pazos Vitillo y Mario Patrón, ofrecieron un exitoso concierto en el Festival de Jazz de Indiana en el estadio municipal de Evansville, el mismo día que Cannonball Adderley.

Armado con sus batacas como Apolo con su lira, Tino fue el primer jazzista mexicano que se aventuró a realizar extensas giras fuera de México. Realizó una larga estancia en Grecia, país del que está profundamente enamorado; estuvo en Turquía y en varios países de Europa (en España tiene un disco grabado). De todas esas culturas absorbía su tradición, su música que posteriormente reflejaba en sus composiciones y su trabajo. Ahí están los discos Flamenco Jazz, Misa en Jazz o temas como En el viejo Estambul, Jazz en el Cairo, Visnu y una larga lista. Incluso En Quinto Sol y Música Infinita exploró la música y la teoría de Julian Carrillo y su Sonido 13.

En alguna de las charlas con Tino, me llegó a comentar que él veía un problema en el músico y jazzista mexicano: se quedaba esperando, en lugar de salir del país a tocar y explorar. Eso por fortuna ha cambiado con el tiempo y ahora, en gran parte por el trabajo y esfuerzo de Tino Contreras y su generación, muchos jazzistas mexicanos tienen presencia en el exterior.

A lo largo de sus casi ocho décadas de trayectoria Tino Contreras ha sido incansable como buen chihuahuense orgulloso de sus raíces y de su cultura Tarahumara. Más de 50 discos grabados, cientos de temas compuestos; recorrió el país y el mundo para llevar la música y el jazz mexicano más allá de nuestras fronteras.

El Jazz Mexicano de Tino Contreras, la única antología que existe con la música de Tino, está editada en Inglaterra bajo el sello de Jazzman Records y el sello británico Brownswood Recordings publicó Noche de los Dioses (2020), el disco más reciente del baterista mexicano.

Hablar del jazz mexicano está ligado, invariablemente, a Tino Contreras y a todos los jazzistas de su generación que de manera individual y en conjunto forjaron caminos.

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