Yonathan Amador Gomez

ASH Trío le pone Salt al jazz contemporáneo

ASH Trío con su proyecto de jazz contemporáneo, más allá de ser policías del jazz, buscan ser policías de lo honesto en su música.

Tres amigos argentinos radicados en geografías distintas, con la comunión y gozo por la música.

El guitarrista Juan Pablo Arredondo, vive en Buenos Aires, es amigo de largo tiempo del baterista, músico y productor Hernán Hetch, quien desde hace poco más de 20 años es habitante de la Ciudad de México. A ellos se unió, desde Amsterdam, el saxofonista Natalio Sued, quien es asiduo visitante a nuestro país y ciudad, ya que aquí vive su mamá.

Las ganas de hacer música juntos por admiraciones profesionales compartidas, los llevó a organizar una gira en 2018 por varias ciudades del país. A su regreso a la Ciudad de México, ocurrió lo inevitable: se fueron directo al HH Estudio y grabaron Formas, primer disco de ASH Trío, con temas que ya tenían. “Para el primer disco juntamos un montón de música sin pensar en el proyecto, porque (apenas) nacía”, me comparte Hernán.

La distancia no fue impedimento para las inquietudes del trío. En 2019 ─cuando en el mundo aún no veíamos venir una pandemia que paralizaría prácticamente toda actividad humana─, se volvieron a juntar y ya con temas escritos ex profeso para ASH, regresaron al estudio, “eso de alguna manera nos puso a meditar mucho más en términos de carácter e intención y creo que tiene sentido lo que suena”, como las armonías, las improvisaciones y algo que destaca Hernán, y que en la música a veces como escuchas, lo percibimos poco o le damos poca importancia: los silencios.

ASH Trío tiene una peculiaridad que lo lleva a tener sonoridades contemporáneas distintas. No cuentan con un contrabajo o bajo, es decir la guitarra, el sax y la batería tienen que cubrir ese rol “y al mismo tiempo no encimarnos, ni pelearnos con la idea”. Esa característica lleva a Hernán, Juan Pablo y Natalio a desarrollar interludios sutiles entre sus armonías, atmósferas en las que puedes distinguir las notas que interpretan cada uno de ellos.

Las armonías, decía previamente, son importantes en ASH Trío y sobre todo en Salt, nombre de su segundo disco. Los temas parten de construcciones armónicas con un tema principal claro y sobre el cual se presentan trifurcaciones ─no por nada uno de los temas se llama Bifurcaciones─, para las improvisaciones del sax, guitarra o batería, para luego regresar al tema principal y concluir. Se trata, quizá, de un esquema relativamente tradicional pero ahí radica lo especial. En un mundo en el que el músico busca tocar “un montón de notas”, ASH Trío explora lo contrario; “a mi me resulta muy agradable, porque me hace sentir que lo que estoy escuchando son canciones y no un ejercicio atrás del otro bien tocado a mucha velocidad, eso lo aprecio”.

Salt, segundo material de ASH Trío es un logrado ejercicio armónico y al mismo tiempo de improvisación, en el que tres amigos disfrutan de una charla en la que prestan “atención a sus palabras, a sus gestos, a sus silencios, a sus momentos”, y cuyo resultado es una música “honesta y transparente”, un jazz contemporáneo en toda la extensión de la palabra, que por momentos suena a rock, a balada, a folklore, a Buenos Aires, a México, a Amsterdam, a admiración y respeto mútuo, pero sobre todo a amistad.

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