México cierra el 2025 con un virtual estancamiento del consumo privado y una fuerte contracción de la formación bruta de capital fijo, según los indicadores de la oferta y demanda global trimestral del INEGI.
La formación bruta de capital fijo, que mide el comportamiento de la inversión productiva en el país, se contrajo 0.8 por ciento en el periodo julio-septiembre de 2025 respecto a los tres meses anteriores.
Esta reducción trimestral fue resultado de una caída de 3.4 por ciento en la inversión pública y de una baja de 0.4 por ciento en la inversión privada.
Pero a tasa anual, la inversión mantuvo una acentuada debilidad, pues descendió 7.6 por ciento contra julio-septiembre de 2024 y ligó cuatro trimestres en territorio negativo.
El componente privado representa el 90 por ciento de la inversión total en México y el público, el restante 10 por ciento.
Sobre la base de los indicadores del INEGI, pero con cifras originales, se desprende que la inversión total entre enero y septiembre de 2025 representó 22.6 por ciento del PIB, su menor proporción desde 2022.
Además, fue muy inferior al 24.7 por ciento registrado en el mismo periodo de nueve meses de 2024.
Cabe recordar que una de las principales metas del Plan México es incrementar la proporción de la inversión respecto al PIB por arriba de 25 por ciento a partir de 2026 y por arriba de 28 por ciento en 2030.
Los indicadores del INEGI muestran que, lejos de avanzar en el cumplimiento de las metas de inversión para 2026 en el Plan México, este año se tomó el camino contrario.
Otra información que se desprende de los indicadores de la oferta y demanda global corrobora que, más que aportar al crecimiento de la economía, la inversión sigue restando en contribución al PIB.
En términos anuales y sobre la base de cifras originales, el PIB se contrajo 0.1 por ciento anual en el tercer trimestre del año.
Además, acumuló un crecimiento de sólo 0.1 por ciento entre enero y septiembre de 2025 comparado con el mismo periodo del año anterior.
La formación bruta de capital fijo, que es la inversión total, se hundió 7.6 por ciento anual en el tercer trimestre y 7.2 por ciento anual en enero-septiembre.
En consecuencia, la inversión restó 1.8 puntos al retroceso del PIB de 0.1 por ciento en el tercer trimestre y también quitó 1.8 puntos al avance de 0.1 por ciento en lo que va de 2025.
Las cifras dejan ver que el motor de crecimiento no es el consumo privado ni la inversión, sino la demanda externa (exportación de bienes y servicios).
La inversión en el país, que es fundamental para el crecimiento de la economía mexicana, se mantiene contraída.
En una entrega anterior se indicó en este espacio que, según un análisis reciente de BBVA México, “la caída en la inversión responde al entorno de prolongada incertidumbre derivado de la reforma judicial implementada, las reformas a la Ley de Amparo, la sugerencia de que casos previamente juzgados pueden reabrirse y a la inquietud sobre la política comercial de Estados Unidos”.
La incertidumbre para la inversión se mantiene, como lo refleja la última encuesta del año realizada por el Banco de México (Banxico) entre especialistas en economía del sector privado.
Según la encuesta de diciembre, los analistas privados estiman que el PIB nacional crecería solamente 1.2 por ciento en 2026, bajando desde 1.4 por ciento en la encuesta previa.
El deterioro en las expectativas de crecimiento económico ha sido afectado no sólo por el entorno comercial externo complejo, sino también por algunas propuestas locales, como las reformas señaladas por BBVA México y, próximamente, la electoral.
Ninguno de los analistas piensa que ahora es buen momento para invertir; el 49 por ciento cree que es un mal momento, y el 51 por ciento representa la proporción de los que no están seguros sobre la coyuntura actual para realizar inversiones.
Este indicador de la encuesta de Banxico significa que, lamentablemente, el ambiente para la inversión y el inversionista no es favorable.
Que el 2026 traiga más inversión y crecimiento a México. Que llegue con más oportunidades para quienes menos tienen. Nos reencontramos en enero. ¡Felices fiestas decembrinas!