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¿Se le acabó la cuerda a la inversión?

La opinión predominante en febrero entre especialistas del sector privado es el 43 por ciento de los que no están seguros sobre la coyuntura actual para realizar inversiones.

De acuerdo con la más reciente encuesta que levanta mensualmente el Banco de México entre especialistas en economía del sector privado, el porcentaje de los analistas que consideran que este es un buen momento para realizar inversiones en el país pasó de 36 por ciento en enero a 40 por ciento en febrero.

Por el contrario, el porcentaje de los que creen que es un mal momento para invertir se redujo de 19 a 18 por ciento de un mes a otro.

La opinión predominante en febrero es el 43 por ciento de los que no están seguros sobre la coyuntura actual para realizar inversiones.

En términos de la percepción que tienen los analistas respecto al entorno económico actual, el porcentaje de especialistas que piensan que el clima de negocios empeorará en los próximos seis meses disminuyó a 33 por ciento en febrero desde 39 por ciento en la encuesta previa.

La fracción de los que consideran que el ambiente de negocios mejorará, bajó marginalmente de 6 a 5 por ciento.

Al mismo tiempo, la proporción de los que opinan que el clima de negocios permanecerá igual aumentó de 56 a 63 por ciento y continuó siendo la predominante.

En general, se percibe un ambiente favorable para la inversión en México, que registró un crecimiento histórico en el último año y que, adicionalmente, se mantiene en niveles elevados que rondan sus máximos históricos.

El lunes, el INEGI informó que en diciembre pasado la inversión fija bruta o IFB se estancó a tasa mensual, resultado que se produjo después del tropiezo que registró el indicador en noviembre previo, cuando cayó 1.7 por ciento.

Se desaceleró como resultado de un menor crecimiento del gasto en construcción y de la pérdida de dinamismo de la inversión en maquinaria y equipo, que se contrajo en los últimos tres meses.

Comparado con el mismo mes de un año antes, es decir, diciembre de 2022, la inversión productiva desaceleró a su menor ritmo en ocho meses al crecer a una tasa de 15.4 por ciento anual.

Aun así, la IFB acumuló 33 meses consecutivos con tasas anuales positivas, los últimos 13 con crecimientos de doble dígito.

Pero con cifras originales, esto es, sin ajuste estacional, al cierre de diciembre la formación bruta de capital creció a una tasa anual de 19.7 por ciento en todo 2023.

El crecimiento acumulado en el último año es el más elevado desde que hay registros de la IFB en el INEGI a partir de 1994.

Al aumentar a una tasa anual de prácticamente 20 por ciento, duplicó el ritmo al que creció tanto en 2021 (9.8 por ciento) como en 2022 (8 por ciento), años en los que la inversión física no logró recuperarse de las caídas que presentó en 2019 (–4.6 por ciento) y, sobre todo, en 2020 (–17.7 por ciento).

El aumento significativo de la inversión en 2023 fue resultado del incremento de 39.2 por ciento en la construcción no residencial, pero sobre todo del disparo de 55.4 por ciento en el componente de equipo de transporte dentro del gasto en maquinaria y equipo de origen importado.

El componente no residencial de la construcción, que alcanzó un máximo histórico, tuvo un crecimiento sin precedentes, asociado a la contribución de la inversión en las obras de infraestructura pública prioritarias de esta administración.

La inversión en equipo de transporte importado fue impulsada, en el contexto del buen desempeño del sector automotor, por el mayor abasto y demanda de vehículos pesados, así como por la apreciación relativa del peso mexicano.

Para 2024, ya no estará tan presente uno de los elementos que el año pasado contribuyeron al aumento de la inversión en construcción ante la finalización de la mayoría de los proyectos insignia de la 4T.

En opinión de Iván Arias, director de Estudios Económicos de Citibanamex, “la inversión, que fue el gran motor de crecimiento en 2023, este año va a sentarse bastante”, donde la inversión privada resentirá el efecto de las elevadas tasas de interés que persistirán por el resto de 2024.

En el caso de la inversión pública, este año “es poco lo que queda por gastar para concluir las obras insignia del gobierno federal”, además de que en el segundo semestre, una vez que hayan pasado las elecciones, “anticipamos una caída fuerte de la inversión pública y del gasto público en general”, dice el economista.

Todo apunta a que después de los proyectos prioritarios de la 4T y del proceso electoral, será ‘otro cantar’.

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