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Y ahora, la ‘guerra’ contra la inflación

Banxico nunca ha aumentado la tasa de interés de referencia en tres cuartos de punto; sin embargo, parece que la opción ya no es mantener ese ritmo, escribe Víctor Piz.

El comportamiento reciente de la inflación en México se puede analizar en la perspectiva de un vaso casi lleno o de uno desbordándose de líquido.

El jueves pasado, el INEGI dio a conocer los datos del Índice Nacional de Precios al Consumidor, que reflejan de manera clara esa doble condición.

En mayo, la inflación general registró una tasa anual de 7.65 por ciento, con lo que se replegó marginalmente después de tres meses consecutivos con aumentos.

Contribuyeron favorablemente los ajustes en las tarifas eléctricas de temporada cálida, programa que inició su periodo de vigencia durante mayo en 11 ciudades del norte del país.

La moderación desde 7.68 por ciento en abril, que hasta ahora es su nivel más alto desde enero de 2001, sugeriría que probablemente ya se alcanzó el pico de inflación.

Sin embargo, en la perspectiva del vaso desbordándose inciden algunos de los principales componentes del INPC, que aún muestran claras tendencias al alza.

De manera destacada, el componente subyacente, que es el mejor referente de la tendencia inflacionaria, acumuló 18 incrementos mensuales consecutivos en mayo.

Quiere decir que la inflación de las mercancías y los servicios ha registrado aumentos ininterrumpidos durante año y medio.

Entre abril y mayo pasados la inflación subyacente anual se elevó de 7.22 a 7.28 por ciento, su mayor nivel desde diciembre de 2000.

Lo anterior pone en duda el escenario previsto por el Banco de México, en el sentido de que tanto la inflación general como la subyacente alcancen su pico en este trimestre y que en el próximo empiecen su trayectoria de baja.

Lo peor del caso es que la inflación anual de las mercancías alimenticias continúa en rangos elevados y en mayo se incrementó a 11.27 por ciento, siendo la más alta desde diciembre de 1999.

El Paquete contra la Inflación y la Carestía, anunciado por el gobierno federal a principios de mayo, ha tenido un efecto limitado sobre los precios de 24 productos de la canasta básica.

Pero tampoco se puede decir que ha sido ineficaz para contener la inflación, que sin el Pacic –como se le conoce al paquete– rondaría los dos dígitos, según las autoridades fiscales y monetarias.

Por primera vez, la mayoría de los analistas encuestados esta semana por Citibanamex –22 de 34– anticipa que la tasa de interés de referencia de Banxico subirá en tres cuartos de punto, de 7 a 7.75 por ciento, en el anuncio del próximo 23 de junio.

Once de los consultados estiman un incremento de medio punto y sólo uno lo prevé de un cuarto de punto.

Mientras que para finales de 2022 los analistas de mercados pronostican ya una tasa de 9 por ciento contra la proyección de 8.75 por ciento de dos semanas antes.

Banxico nunca ha aumentado la tasa de interés de referencia en tres cuartos de punto desde que ésta se adoptó como principal instrumento de señalización de la política monetaria en 2008.

Como se recuerda, de junio a noviembre del año anterior, el banco central subió la tasa de referencia en un cuarto de punto en cuatro ocasiones.

Entre diciembre de 2021 y abril de este año elevó la tasa en medio punto, también en cuatro oportunidades.

Parece que la opción ya no es mantener el ritmo de alzas de medio punto, sino aumentarlo a tres cuartos de punto, pues México aún enfrenta un panorama muy complejo para la inflación y las expectativas del mercado.

Este viernes, Jonathan Heath, subgobernador de Banxico, dejó ver que su voto para el anuncio del 23 de junio será a favor de aumentar la tasa en tres cuartos de punto.

En la reunión de mayo pasado, su colega Irene Espinosa fue la única integrante de la junta de gobierno que emitió un voto disidente en el mismo sentido.

Heath cree que en dos semanas la junta de gobierno decidirá por mayoría incrementar la tasa en tres cuartos de punto.

La política monetaria de Banxico se está tornando más restrictiva, en respuesta a la alta inflación.

El continuo deterioro en las expectativas inflacionarias sugiere que la actuación de Banxico será más decidida y que privilegiará el criterio de enfrentar una elevada inflación que no cede sobre el de afectar a una economía cuya recuperación sigue siendo incompleta.

Es la ‘guerra’ contra la inflación.

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