La Ciudad de México y el Estado de México, entidades donde está el ‘corazón económico’ del país, pasaron a semáforo epidemiológico color amarillo –riesgo medio– el lunes y así estarán durante dos semanas.
El gobierno capitalino informó que no se cerrarán actividades para continuar con la recuperación económica de la ciudad, pero solicitó a la población mantener las medidas sanitarias y, en caso de síntomas leves de COVID-19, permanecer en casa aislado para evitar contagios.
El gobierno mexiquense pidió intensificar las medidas sanitarias y respetar las disposiciones para la continuación de las actividades económicas con los aforos definidos.
Si bien el cambio a semáforo amarillo no implica el cierre de actividades, puede limitar la recuperación de la economía mexicana, que ya venía mostrando signos de debilidad, ante la cautela de la población para no contagiarse.
Las actividades donde se percibe un mayor riesgo de contagio por la interacción social, básicamente los servicios, son las que más lo van a resentir.
En noviembre de 2021, antes de la ola de ómicron, la actividad económica en México medida con el IGAE aumentó 0.3 por ciento mensual.
Aunque es un buen dato, pues se trata del primer crecimiento después de tres meses en contracción y del mayor avance desde mayo, no es suficiente para remontar los niveles de actividad de agosto pasado ni para contrarrestar la tendencia a la baja observada desde marzo.
La debilidad de la economía mexicana que se observó en la segunda mitad de 2021, cuando habría caído en una posible recesión técnica, podría extenderse a inicios de este año.
El aumento récord en los casos de COVID-19 en enero y la incertidumbre sobre las nuevas variantes tendrán implicaciones negativas en las expectativas de crecimiento.
El FMI estima que la economía mexicana crecerá 2.8 por ciento en 2022, cifra que ayer se revisó a la baja desde 4.0 por ciento pronosticado en octubre.
Dado que la recuperación de México perdió impulso, los analistas también están revisando a la baja sus proyecciones de crecimiento para este año.
Las expectativas de crecimiento para 2022 de los analistas encuestados por Citibanamex pasaron de 2.8 a 2.5 por ciento entre el 5 y el 20 de enero.
La recuperación total en nuestro país sigue estando lejana y regresar a los niveles de actividad previos a la pandemia llevaría este año y parte del próximo.
El pico de contagios
Probablemente esté cerca o ya se habría alcanzado el pico de contagios en México de la cuarta ola de COVID-19, cuyo crecimiento exponencial a partir de la última semana de diciembre está asociado a la propagación de la variante ómicron.
Este lunes el número de casos diarios confirmados llegó a 42 mil 907 en promedio semanal, que está por debajo de los 48 mil 259 del pasado 21 de enero, que hasta ahora es la cifra más alta en lo que va de la pandemia, según el seguimiento de Our World in Data.
Sin embargo, en esta ola no ha habido –hasta ahora– un incremento descontrolado de hospitalizaciones ni de muertes por SARS-CoV-2, como sí ocurrió en los picos de contagios anteriores.
La diferencia es el avance en la vacunación de la población, aun cuando en el país todavía hay 44.5 millones de mexicanos, incluidos los menores de 15 años, sin haber recibido una sola dosis de vacuna.
La tasa de letalidad, que mide el número de muertos por cada 100 casos confirmados de COVID-19, se redujo de 7.6 por ciento en que se mantuvo hasta finales de diciembre a 6.5 por ciento al inicio de esta semana.
Aun así, México es el segundo país más afectado en todo el mundo, después de Perú, que ocupa el primer lugar con una letalidad de 6.9 por ciento, de acuerdo con el ranking de la Universidad Johns Hopkins.
La pandemia está lejos de terminar, si bien su fase más aguda podría culminar durante este año, según el director de la OMS, Tedros Adhanom, quien descartó a ómicron como la última de todas las posibles variantes del virus.
La evolución de la pandemia y la aparición de nuevas variantes seguirán causando afectaciones en términos de salud y continuarán siendo el reto global y nacional más importante para la recuperación económica.