Visión Compartida

De la amenaza al liderazgo: México capitaliza la nueva etapa Trump

México convierte el desafío arancelario en una ventaja estratégica que se ha consolidado sin ceder sectores sensibles, sin renegociar reglas laborales, sin aceptar cupos, límites o ajustes regulatorios unilaterales.

En la nueva fase de reordenamiento comercial global, México ha demostrado ser el país que mejor ha negociado —y más ha ganado— en las conversaciones arancelarias con Estados Unidos. La más reciente pausa de 90 días a los aranceles anunciados, la exclusión de nuevos gravámenes y la protección de los bienes contemplados dentro del USMCA no son un favor: son el resultado de una estrategia firme, técnica y respaldada por evidencia.

La presidenta Claudia Sheinbaum anunció en días pasados la extensión de una prórroga por 90 días sobre tarifas anunciadas por el Presidente Trump de hasta 30%, y que el porcentaje del 25% ya vigente no aplicará a bienes que cumplan con las reglas de origen del USMCA. Esto es estratégico: cerca del 85% de las exportaciones mexicanas cumplen con esas reglas, según la Secretaría de Economía. Con ello, México queda entre los países con mayor acceso privilegiado al mercado estadounidense, sin haber cedido concesiones estructurales o de impacto económico.

En esta nueva etapa del comercio global, México no reacciona: lidera. Las cifras son contundentes. Mientras otras potencias —como Japón o la Unión Europea— han negociado reducciones parciales o exenciones condicionadas en sectores sensibles, México no sólo mantiene su exención plena, sino que refuerza su posición dentro del USMCA. Según JP Morgan, un arancel promedio del 17% comprometería más de un tercio del PIB exportador mexicano. Nuestro país ha evitado ese golpe de forma sistemática.

Más allá de los logros inmediatos en la negociación, los beneficios estructurales son tangibles. Por ejemplo, un análisis de Bank of America confirma que México ha sido la nación con mayores oportunidades reales de nearshoring, beneficiada directa e indirectamente por la reconfiguración arancelaria global. En escenarios donde economías asiáticas como China o Vietnam enfrentan cierres logísticos, sobrecostos regulatorios e incertidumbre política, México se convierte en la alternativa más confiable, productiva y geográficamente integrada.

México convierte el desafío arancelario en una ventaja estratégica que se ha consolidado sin ceder sectores sensibles, sin renegociar reglas laborales, sin aceptar cupos, límites o ajustes regulatorios unilaterales. Mientras otros países han tenido que rehacer marcos legales o modificar compromisos productivos, México ha seguido exportando bajo las condiciones del USMCA con reglas claras y certidumbre jurídica.

Este éxito no es espontáneo. México ha jugado con precisión en el tablero de la diplomacia económica. Aprovechó la arquitectura técnica del USMCA —reconocida como uno de los tratados de libre comercio más sofisticados del mundo— para anclar jurídicamente su acceso al mercado más grande del planeta. Ejecutó una diplomacia bilateral pragmática con Estados Unidos, basada en intereses comunes como seguridad fronteriza, combate al crimen transnacional y cumplimiento regulatorio. Y, sobre todo, movilizó una narrativa institucional poderosa anclada en la gran aprobación de la Presidenta Claudia Sheinbaum: México no acepta tarifas injustas, sino que exige respeto por un tratado firmado, aprobado y vigente.

Los beneficios de esta negociación no se quedan en el ámbito diplomático. Tienen impacto directo en la economía. Se prevé un aumento inmediato en las exportaciones manufactureras, con reducción de costos logísticos, de cumplimiento y de intermediación. A nivel macro, México se consolida como motor regional de crecimiento, mejora su atractivo para la inversión extranjera directa y eleva su participación efectiva en las cadenas globales de valor. Moody’s y Banco Base han destacado que la estabilidad arancelaria alcanzada por México representa uno de los principales factores para la resiliencia macroeconómica frente al ciclo restrictivo global. En contraste, países como Canadá enfrentan incrementos arancelarios de hasta 35% por no cerrar acuerdos con celeridad, mientras que China, la Unión Europea y otros grandes bloques comerciales siguen negociando condiciones parciales o incluso compensaciones técnicas para mitigar el impacto de las nuevas medidas estadounidenses.

En conclusión, México ha alcanzado un logro estratégico excepcional: mantenerse dentro del USMCA sin retrocesos, proteger el 85% de sus exportaciones, evitar tarifas emergentes de hasta 50%, y reforzar su papel como plataforma logística de alta integración en la nueva geoeconomía del nearshoring. Lo hizo sin concesiones estructurales, con estrategia de Estado, continuidad institucional y visión territorial.

Hoy, México no sólo negoció bien, sino que es, sin lugar a duda, el país que mejor ha salido parado del nuevo ciclo arancelario global. Nuestro país lidera la respuesta global al nuevo proteccionismo arancelario, con visión, estrategia y resultados.

Víctor José López Martínez

Víctor José López Martínez

Abogado internacional mexicano, socio fundador de Sánchez- Labrador & López Martínez S.C. (SLLM) y actualmente Representante del Gobierno del Estado de Yucatán en la Ciudad de México.

COLUMNAS ANTERIORES

Límites constitucionales de los estados frente a la federación. (a propósito de las mal llamadas “leyes esposa”)
Yucatán: del beneficio de unos cuantos a la competitividad compartida

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.