Sonya Santos

Geofagia: tierra a las finas hierbas

Comer tierra es solo una manifestación de lo que los expertos en salud llaman ‘pica’, un trastorno que abarca el consumo de sustancias no alimenticias.

Dice mi mamá que cuando ella era niña, le gustaba morder las juntas de las paredes para comerse el polvo que de estas obtenía. Esto nunca lo mencionó y lo recordó cuando leyó la novela Cien años de soledad, de Gabriel Garcia Márquez. En algunas escenas, el personaje de Rebeca muestra un comportamiento inusual al ingerir las paredes de su casa en Macondo.

No es algo nuevo, en la antigüedad, varias culturas y civilizaciones la practicaban. Es el acto de consumir tierra, arcilla u otros materiales similares, documentado en diferentes partes del mundo y en diversos momentos históricos, tanto es así que incluso existe un término para describirlo: geofagia, que es un síntoma, mas no una enfermedad.

Algunos de los registros más antiguos de geofagia provienen de civilizaciones como la egipcia, la griega, la romana, la mesopotámica y la china. A menudo estaba vinculada a creencias religiosas, rituales de purificación, y en algunos casos, se creía que tenía propiedades medicinales o nutritivas.

En cuanto a quién estudió específicamente la práctica de comer tierra en tiempos remotos, los registros históricos y los textos de medicina y antropología pueden proporcionar algunos datos. Sin embargo, no hay un solo individuo que sea conocido por haber tratado exclusivamente este tema. Hipócrates de Kos (460-377 a. C.) fue uno de los primeros en mencionar tópicos relacionados, señalando que, si una mujer embarazada consumía tierra, su hijo presentaría los mismos síntomas. Siglos después, Cornelius Celsus (14-37 d. C.) advirtió sobre los efectos nocivos de ingerir sustancias no comestibles. En el siglo VI, Aetius de Amida, médico en la corte del emperador romano Justiniano I, lo relacionó también con el embarazo, describiendo cómo las mujeres anhelaban distintos objetos como tierra y cenizas.

Comer tierra es solo una manifestación de lo que los expertos en salud llaman ‘pica’, un trastorno que abarca el consumo de sustancias no alimenticias como tiza, hielo, carbón, yeso, papel y otras más. Esta anomalía no solo afecta a los seres humanos. De hecho, el término ‘pica’ proviene del nombre en latín de la urraca, un ave conocida por consumir sustancias no comestibles.

Muchos animales muestran la tendencia a consumir cosas que no tienen valor nutricional. Por ejemplo, los perros comen huesos, mientras que los gatos, caballos, ovejas, loros y elefantes, entre otros, pueden ingerir tierra, rocas o madera, además de plantas o semillas con ciertos venenos para desintoxicarse.

Especialistas actuales consideran que la magnitud del fenómeno está considerablemente subestimada ya que se manifiesta la tendencia por parte de las personas a ocultar este comportamiento, a pesar de eso, se llevan a cabo una serie de experimentos y estudios para explorar las dos causas principales que podrían estar detrás de la pica: la suplementación y la desintoxicación.

La primera hipótesis sugiere que nuestros cuerpos anhelan lo que necesitan, es decir, las carencias de nuestro organismo. Por ejemplo, si se te antojan huevos, podrías estar experimentando una deficiencia de proteínas, mientras que si buscas chocolate podría indicar una insuficiencia de magnesio.

Los trabajos realizados han evidenciado una relación entre la pica y la deficiencia de hierro, pero la naturaleza exacta de esta asociación aún no está completamente clara. Estas investigaciones solo han podido confirmar el vínculo en el caso de ciertos nutrientes particulares, principalmente el sodio, experimentando fuertes antojos de comida salada.

Se ha observado que la pica podría aumentar durante el embarazo debido a que el sistema inmunológico se debilita durante ese período. De manera similar, esto también podría ocurrir en los niños pequeños, cuyas defensas aún no están completamente desarrolladas.

Así pues, si usted guarda entre sus secretos alguna práctica de comer tierra ‘a las finas hierbas’ no se asuste, es normal, sin embargo, a veces es causa de complicaciones como estreñimiento, obstrucción del tubo digestivo, envenenamiento por plomo, entre otros. Pero si se le antojan seguido los chocolates, le tengo noticias, también puede ser por goloso y no es ‘pica’.

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