Lo escribí hace unos días en Twitter: Con tristeza, dolor pero con más ocupación que preocupación, México caerá, no en una crisis, sino en la peor depresión económica no vista desde la época de la Revolución Mexicana.

Cada segundo es vital para aminorar esto. Ya es un asunto de seguridad nacional sin exageración.

Los gobiernos de las crisis de 1982, 1985, 1987, 1995, 2001 o 2009 se abrieron a la deuda, las importaciones y casi se anuló a la industria nacional. Hoy ante la depresión, ¿cuál es el camino? México debe construir un nuevo contrato económico, un nuevo trato social cuyos pilares sean apostar al mercado nacional; el apoyo a Pymes; recuperar la industria turística y coinvertir en energías renovables. Medidas aisladas de apoyo económico y transferencias sociales aisladas al nuevo panorama económico ya no servirán.

Un Estado de bienestar solo puede construirse de largo plazo con productividad, inversión y desarrollo regional. El 'new deal mexicano' debe basarse en los pilares de la economía colaborativa, ya no en las viejas recetas para echar a andar artificialmente una economía: la deuda.

¿Qué proponemos para construirlo?

La evolución del régimen de maquiladora al nacimiento de empresas integradoras: apostar al mercado nacional con una integración nacional de manufactura de alto valor agregado tomando como base de impulso y apoyo a la pequeña y mediana empresas.

México, imán receptor de transferencia de tecnología, ciencia aplicada y plataforma mundial para la economía colaborativa: insertar a la pequeña y mediana empresas y el autoempleo productivo (makers) de las cadenas productivas.

México, potencia turística: un nuevo régimen fiscal que impulse a las Pymes turísticas y que el cobro que hoy se hace del DNR a turistas extranjeros (Derecho de No Residente) vuelva a ser invertido en los pueblos mágicos, la promoción turística tripartita: por cada peso de gobierno, tres de los demás sectores a la promoción directa destino-producto.

México, imán de las energías renovables y la transformación de Pemex en 'Solmex': la recuperación de la cooperación público-privada prioritaria a la generación de energías renovables y en la transición, arrendar refinerías a costo fijo-variable. No construirlas.

México, potencia logística: arrancar el sistema nacional de conectividad con trenes de alta velocidad y de cabotaje de nueva generación con colaboración público-privada unidos al Corredor Interoceánico y Tren Maya.

Presupuesto para el bienestar social: para proteger a los más vulnerables, es preciso rescatar a Pymes para que tengan mayor efecto multiplicador las transferencias sociales, por eso, el presupuesto del Tren Maya y Dos Bocas debe ser redirigido a: recuperación del programa de infraestructura de pueblos mágicos con inversión tripartita: un peso gobierno, tres por el sector social; b) transferencias sociales para el bienestar; c) programa nacional de desarrollo regional municipal del país para fortalecer a municipios.

RÉGIMEN FISCAL DE TRANSICIÓN ECONÓMICA (REFE): aplazar obligaciones fiscales, diferir pagos fiscales federales, estatales y pagos de derechos municipales (agua, luz, predial) para apoyar el pago de nóminas.

Nuevos instrumentos financieros: BONOS DE DESARROLLO SOCIAL (BONDES) para incentivar la inversión colaborativa privada de toda la sociedad sustituyendo bonos de deuda por bonos de capital.

Obligar a las pequeñas y medianas empresas a pagar y cumplir sus obligaciones laborales sin ningún apoyo fiscal o medida para paliar esta depresión es un suicidio y es cruel. Toda política fiscal debe ser progresiva.

Estoy seguro que el domingo el gobierno mexicano reaccionará y muy pronto impulsará un programa a favor de la pequeña y mediana empresas con progresividad fiscal entendiendo que para cumplir el enorme reto y bandera que tenemos: "Por el bien de México, primero los pobres", necesitamos a las Pymes.

¿Te imaginas conectar a diseñadores industriales, gráficos, con carpinteros y ebanistas para crear un pedido de comedores? Las comunidades colaborativas y cooperativas productivas deben sustituir el viejo régimen maquilador y cambiar 'mano de obra barata' como ventaja competitiva por 'mentes brillantes' creadoras de valor.

La transformación económica de México pasa por las Pymes. Son el motor de la economía de nuestro país, de los emprendedores y las que le dan al país movilidad social. Con ellas se genera el verdadero bienestar social y desde ellas se construye el futuro económico inmediato de nuestro país: democratizar el valor, no concentrarlo.