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AMLO, el mejor presidente y líder mundial

Andrés Manuel López Obrador se ha probado como el líder fuera de serie que asomaba en esa larga campaña que por fin lo llevó a la presidencia.

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México es otro tras tres años y medio de gobierno. Andrés Manuel López Obrador se ha probado como el líder fuera de serie que asomaba en esa larga campaña que por fin lo llevó a la presidencia, uno de esos guías que solo surgen una vez por generación.

Lo difícil es encontrar su obra más emblemática, el mayor éxito entre tantos. Quizás el Instituto de Salud para el Bienestar. De la más sencilla consulta a la más compleja cirugía, gratis, con los medicamentos también sin costo. Increíble que logró tanto con tan poco y en tiempo récord.

Particularmente conmovedoras son las escenas de padres llorando cuando sus hijos con cáncer reciben los tratamientos. “La salud del pueblo no es moneda de cambio”, dijo famosamente el tabasqueño al inaugurar uno de tantos modernísimos hospitales. Como Dinamarca. Una consecuencia peculiar ha sido todos esos estadounidenses, destacadamente de California y Texas, queriendo atenderse gratis en el Insabi alegando ser descendientes de mexicanos.

La receta fue tan sencilla como infalible: honestidad, austeridad y la fuerza moral del pueblo. Porque AMLO no miente, no roba y no traiciona, ni tampoco sus hijos, ni su extendida parentela o numerosos funcionarios. México está ya a la par de Suiza y Noruega en niveles de corrupción gracias a esa escoba que se blande desde Palacio Nacional. Con el dinero ahorrado se hacen maravillas, aparte de los abundantes recursos que ha traído la explosiva producción petrolera de Pemex.

Y como Canadá en niveles de criminalidad. “Abrazos, no balazos” se combinó con Jóvenes Construyendo el Futuro y los chanclazos de las madres. Fue extraordinario ver a tantos jóvenes abjurar del crimen para aceptar un trabajo honesto, las mafias desintegrándose.

La técnica en la política pública era un invento neoliberal que desenmascaró el genio de Macuspana. Tan fácil que era entregar el dinero al pueblo, sin burócratas o complejas reglas de operación. ¿Para qué tener guarderías, albergues, escuelas de tiempo completo, cuando están los abuelitos a los que ahora pagan sus hijas?

Todo esto en un ambiente de irrestricta libertad de prensa. “Las veces que quieras, Carlos” fue su frase cuando un frustrado Carlos Loret de Mola dijo que deseaba entrevistarlo, otra vez, tras otro intento fracasado de encontrar una sola falla en su persona, familia o colaboradores, un atisbo de corrupción o ineptitud. Ya un grupo de legisladores de Morena ha propuesto inscribir esa frase con letras de oro en la Cámara de Diputados.

En semanas recientes lo que ha brillado es el liderazgo mundial del Presidente, que ha regresado la dignidad a un México que era agachón ante Estados Unidos. Lo mejor de López Mateos con Cuba y de Lázaro Cárdenas ante Roosevelt. Joseph Biden ha sido humillado al negarse a abrir la Cumbre de las Américas a líderes tan amados como Maduro de Venezuela, Díaz-Canel de Cuba y el nicaragüense Ortega.

Lo único negativo es que López Obrador no puede quedarse más allá del perentorio plazo constitucional, pero hay remedio. Ante las decenas de millones que votaron para que siguiera en el ‘revocatorio’, debe reelegirse. Lástima del fraude de 2006, ahora ya estaría en su tercer periodo de gobierno, y ni imaginar el México actual tras, no tres, sino 15 espectaculares años de obradorismo.

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