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La presidencia de Pepe Meade

Pepe Meade habría llamado a los mejores especialistas del país para enfrentar la pandemia.

“Imagínense qué hubiera pasado si no hubiéramos ganado, si el pueblo, que es sabio, no hubiese decidido en favor del cambio. ¿Cómo estaría el país?, ¿cómo hubiesen enfrentado el problema de la pandemia?, ¿se hubiese vacunado a todos por igual?, ¿se hubiese actuado pronto?, ¿se hubiesen comprado las vacunas? Por poner un ejemplo. Iba a seguir la misma corrupción, estaríamos en una situación de ingobernabilidad terrible, como en otros países.”

Palabras de Andrés Manuel López Obrador hace una semana. La arrogancia que caracteriza al inquilino de Palacio Nacional en toda su expresión: el pueblo en su infinita sabiduría escogió al mejor, a mí. Habló el mesías, el que tiene la certeza que fue llamado a liderar una transformación histórica, el experto en todo y que presume que nada es ciencia, un ser superior cuya visión siempre certera lo ha llevado a adoptar las soluciones y estrategias ideales. El México de AMLO es el mejor de todos los que eran posibles en la elección de 2018. El eterno fósil de la UNAM sabe mucho más que esos fifís neoliberales de Harvard y lo ha demostrado en los hechos.

Excepto que Pepe Meade (doctor en economía por Yale, dos licenciaturas, una en economía en el ITAM y otra en derecho por la UNAM) habría llamado a los mejores especialistas del país para enfrentar la pandemia, y establecido un “cuarto de guerra” permanente apenas el peligro de la misma hubiese sido evidente. No habría destruido el Seguro Popular, sino que lo hubiera fortalecido, consciente de su relevancia al haber sido Secretario de Estado en los gabinetes de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Habría escuchado a todos los extitulares de Salud en lugar de ningunearlos y hubiera utilizado la herramienta a su alcance, el gasto público, para comprar vacunas en la mayor cantidad posible. La capacidad hospitalaria se habría expandido para tratar de asegurar camas y respiradores para todos aquellos que los necesitaran. Lo más probable es que ello hubiera sido insuficiente dada la magnitud de la pandemia, pero muchos que hoy están muertos (por lo menos decenas de miles) estarían con vida.

Cómo vivirían muchos niños (y adultos) que han fallecido por falta de medicamentos oncológicos o de otro tipo, porque Meade sabe que distribuir medicinas no es como repartir refrescos y bolsas de papitas, y no habría destruido la red de distribución existente. Porque cualquier persona con sentido común entiende que antes de destruir algo se debe contar con un esquema probado que funcione. Mantener el Seguro Popular habría permitido a 15.6 millones de personas mantener el acceso a los servicios de salud el año pasado, en lugar de perderlo, el retroceso más brutal jamás experimentado en México.

También habría utilizado el gasto público para salvar cientos de miles de empleos. Los formales con subsidios y créditos canalizados vía el IMSS, y los informales con esquemas de transferencia directa establecidos para ello. Cerca de cuatro millones de mexicanos cayeron en pobreza en 2020, la gran mayoría al perder su fuente de sustento. Una agresiva política contracíclica habría sido esa red, el colchón que AMLO no quiso ofrecer, porque eso habría implicado salvar empleos y empresas, y por tanto empresarios. ¿Más deuda pública? Sin duda alguna, cuando es el momento de endeudarse: para evitar una mayor contracción económica con todas las graves consecuencias que ello implica.

Pero el hubiera no existe, y AMLO resultó el peor Presidente en el peor momento.


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