La Feria

Reponer la tenencia, reparar la confianza

Las elecciones del año pasado dejaron a Morena en la envidiable posición de poder corregir aberraciones. ¿Se asumirá el reto?

El subsecretario de Hacienda Arturo Herrera planteó ayer que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador estudia reponer la tenencia, ese impuesto que la federación dejó de cobrar en 2012.

El funcionario dijo que esa iniciativa ya se discute con la Cámara de Diputados.

Arreglar el cobro de la tenencia tendría varios efectos más allá de aportar a las arcas del erario miles de millones de pesos al año.

En un par de columnas anteriores publiqué diversas estimaciones sobre lo que se pierde por ese concepto.

Por ejemplo, y sólo para dimensionar el agujero, en el caso de Ciudad de México "en 2012 se cobraron seis mil 188.7 millones de pesos por tenencia, y en 2016 sólo dos mil 745 millones".

Eso ocurrió porque, como lo dijo ayer el subsecretario Herrera, desde que el gobierno federal dejó de imponer la tenencia se desató "una competencia en los estados para cobrar menor impuesto de tenencia y en algunos estados la tasa es de cero, en otros estados ha generado evasión fiscal". (Nota de El Financiero)

Y siete años después lo que tenemos es una plaga, una plaga de autos con placas expedidas en estados como Morelos. Esos vehículos exhiben muy orondos una procedencia que no corresponde con la realidad.

La medida de 2012, tomada en el gobierno de Felipe Calderón, provocó que los gobernadores, esos personajes tan dados a estirar la mano para recibir partidas presupuestales pero no a generar sus propios ingresos, porque tal cosa conlleva irritación ciudadana, dejaran de cobrar la tenencia que les ayudaba a sufragar algunos gastos.

Pero la medida despertó la codicia entre los ciudadanos. Si me puedo dar el gusto de tener un BMW, como por qué le voy a dar al fisco casi 140 mil pesos en cuatro años. (Ese monto de pago fue calculado por El Universal, y en su momento lo cité en esta columna).

Quitar la tenencia favoreció a los que más tienen. Reponerla puede ser un excelente mensaje: puedes más, pagas más. Y sobre todo, si puedes más no podrás recurrir a artimañas, como contratar un coyote para evadir tus responsabilidades.

Los impuestos son medicina amarga. Pero si el gobierno procede a reinstalar la tenencia puede ayudar, paradójicamente, a bajar la crispación. Que cada cual pague lo que le corresponda y que no haya abusos circulando, flamantes, por las calles del país.

El gobierno tendría más recursos no sólo para programas sociales, sino para el mantenimiento de las vialidades que esos mismos autos utilizan y desgastan. Es de elemental lógica que, antes que nadie, contribuyan los que usan esas vialidades.

Y si ya andan en esas, que se revise eso que empieza a ser también muy notorio: el surgimiento de placas para personas con discapacidad que algunos sacan en otros estados para sus autos de modelo deportivo.

Las elecciones del año pasado dejaron a Morena en la envidiable posición de poder corregir aberraciones. Tienen el estado de Morelos y tienen fuerza en el Estado de México. Esas entidades gravan menos por tenencia que la Ciudad de México. Es hora de que las tres graven lo mismo, y se beneficien por igual de lo recaudado.

Adiós al populismo del no cobro de la tenencia. Quizá se vendan unos pocos menos autos de lujo. Pero además de aumentar la recaudación, subiría la confianza de que la ley, ora sí, que fue pareja. No está difícil acabar con el abuso de tantos que emplacan en Morelos.

COLUMNAS ANTERIORES

Seguridad, la enorme tarea para Clara o Santiago
Qué país amanecerá el 3 de junio

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.