La Feria

Alito va a hundir a la alianza… pero Marko también

Si PAN, PRI y PRD se juntan hoy le sacarían dos puntos al oficialismo: 44 por ciento vs. 42 por ciento de Morena/PT/Verde.

La encuesta de EL FINANCIERO de este lunes dice que en la capital de la República, donde en 2024 habrá renovación de jefatura de Gobierno, la alianza opositora es competitiva.

Así, pareciera confirmarse que algo se movió en Ciudad de México en contra de Morena, algo que vimos desde la elección de 2021.

Ante esas tendencias los presidentes del PRI y el PAN tendrían que analizar si quieren ayudar a sus partidos a ganar, o a sepultar esa posibilidad.

Son buenas noticias a medias, y nada definitivas, para una oposición que perdió cuatro de seis gubernaturas el 5 de junio pasado.

Porque, como lo ilustra la propia encuesta de Alejandro Moreno (el bueno, el encuestador, pues), si PAN, PRI y PRD se juntan hoy le sacarían dos puntos al oficialismo: 44 por ciento vs. 42 por ciento de Morena/PT/Verde.

Esta ventaja nació en abril pasado cuando la alianza sobrepasó en simpatías al frente morenista, luego de que en ejercicios similares realizados desde noviembre el oficialismo superaba a la oposición. Empero, Moreno alerta de que en todo caso se trata de un empate técnico.

La encuesta, sin embargo, también muestra que al ponerle candidatos a cada una de esas coaliciones, Morena supera a los aliancistas. O se da el mismo empate técnico pues: una ligera ventaja morenista de tres o dos puntos, según el nombre del o de la suspirante que se ponga en el partido oficial.

En 2024 estarán en juego, además de la elección presidencial, varias entidades clave. Se renovarán gubernaturas, además de CDMX, en Jalisco, Guanajuato, Yucatán, Puebla, Morelos, Veracruz, Tabasco y Chiapas.

La concurrencia de esos comicios con los presidenciales y los de Congreso de la Unión es un factor que obliga a recordar que buenos candidatos presidenciales ayudarán a su partido a arrastrar más votos en las urnas locales o legislativas. El desplome de algún candidato (a) presidencial podría afectar, igualmente, en otras campañas a nivel estatal.

En Morena la preselección de candidato presidencial no sólo ya inició, sino que va viento en popa. Tanto que ya sólo hay tres, todo mundo sabe quiénes son, tienen permiso de Palacio para placearse, y ya aceptaron método para validar el dedazo.

Mientras, la oposición aliancista, que de cara a la sociedad debería mostrar más hambre por ganar que los que están en el poder, chapalea en crisis internas, particularmente el PRI, aunque de manera sorda también el PAN.

Por sus escándalos, el priista Alejandro Moreno, Alito, está herido de muerte política. Se ha atrincherado en un partido cuyas estructuras le responden porque llegaron con él y porque nadie más les ha seducido como para iniciar una rebelión interna.

Pero incluso si lograra retener por largos meses el control del partido, el campechano no quiere entender lo evidente: que su figura es ya tóxica y será el talón de Aquiles de una alianza que buscaba presentarse a la sociedad como una opción renovada, una versión mejorada del pasado. Con él, no hay manera de creer eso, y si se queda hasta las campañas será la piñata favorita para restarle votos a todos los candidatos aliancistas.

Marko Cortés no canta mal en esas rancheras. El michoacano preside un PAN mudo en lo interno, donde la ausencia de debates es la marca de la casa, y sin luces ni arrastre hacia fuera.

Marko tenía razón en su pronóstico de hace meses: el blanquiazul sólo ganó Aguascalientes. Aunque él diga hoy que hay tiro, si no cambian lo que no funciona y muestran estamina, él y Alito hunden la alianza, incluso en CDMX.

Mañana más del tema.

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