Rosario Guerra

Deshojar la Margarita

¿Qué hay atrás de la consulta-encuesta del NAICM y por qué sólo aplica a este proyecto, cuestiona Rosario Guerra.

Me quiere, no me quiere! Deshojar la margarita, despejar la duda. Todos deseamos a AMLO mucho éxito en su conducción. México lo merece. Eso no impide cuestionar decisiones. El pueblo sabio, frase que infunde temor por el contenido populista, no se corresponde con una vocación democrática que AMLO impulsa en torno a la participación social sobre políticas públicas. Esta confusión se acrecienta cuando solo se somete a una consulta pública el proyecto del nuevo aeropuerto, pero no la construcción del tren maya, o el proyecto del tren trans-itsmico, o la inversión en refinerías. ¿Cuál es el criterio?

Según información en redes de algunos periodistas, la consulta pública no se realizará en el marco legal que definen las leyes. Se habla de que habrá etapas, la primera hará público el dictamen de expertos designados; la segunda se creará una comisión de especialistas para informar a los medios de las dos propuestas; tercera se pedirá el apoyo de los medios de comunicación para difundir las opiniones de este grupo; cuarta se recibirán y difundirán las opiniones de especialistas, empresarios y organizaciones; quinta en septiembre se realizarán foros de discusión en medios y redes; en octubre se aplicará una encuesta para conocer la opinión de los ciudadanos. No es pues una consulta, es una encuesta lo que definirá rechazo o aceptación de la propuesta.

El dictamen presentado por AMLO establece que las obras del NAICM cuentan con fuentes de financiamiento público y privado. Se estiman un retraso en la conclusión de las mismas, que espera dar servicio a 70 millones de pasajeros, que el proyecto es oneroso y ha aumentado su costo, que no cuentan con costos de mantenimiento y operación, pero que el flujo de TUA cubre los mismos y no se requerirá de recursos fiscales para concluir la obra. Que está resuelto el riesgo ante sismos, pero que el suelo presenta riesgos a las pistas y que hay divergentes opiniones sobre si el espacio aéreo es afectado por el riesgo aviar del lago Nabor Carrillo; así como en torno a la regulación de las cuencas hidrológicas. La conectividad ya se ha iniciado con inversiones en vialidades por 37 mil millones de pesos. Se dice se puede concesionar total o parcialmente.

Sobre construcción de dos pistas en Santa Lucía se mencionan cuatro problemas: Interferencias entre éstas y las del actual aeropuerto; traslado de la base militar; complejidad logística por separar aeropuerto (interconexiones, pasajeros en tránsito, manejo de carga y equipaje, tiempos y costos de traslado); distancia entre aeropuertos (no se hace mención alguna sobre conectividad y vialidades ). El primero es el más crítico por los riesgos que implica la convivencia de dos aeropuertos en un mismo espacio aéreo, lo que impide operación simultánea e implica riesgos de seguridad. Se indica no hay acuerdo entre MITRE con los especialistas mexicanos y chilenos, encabezados por Ríoboo que aseguran si es factible operación simultánea, ante lo cual proponen un estudio a profundidad que tomará cinco meses. Esto implica que no estará listo para la encuesta. No hay claridad sobre la capacidad técnica y experiencia de éste equipo, lo que contrasta con la trayectoria de MITRE.

A todas luces el proyecto de Santa Lucía parece inviable. La duda es para que hacer una consulta. Para lavar la cara por no cumplir una promesa de campaña, puede ser. O es para concesionar a privados un proyecto muy rentable, bajo el argumento de que es un proyecto caro.

Y si a esto se suma que no habrá consulta sobre el tren maya, del que no se tiene claridad en sus beneficios, no hay estudios de costo-beneficio, afectaciones medioambientales y remediaciones, rentabilidad económica y social, impacto para el desarrollo regional la duda aumenta. No está claro si los turistas utilizarán este transporte para ampliar estancia, o será utilizado por mexicanos en búsqueda de oportunidades de empleo o venta de mercancías, que saturen Cancún, Playa del Carmen, Tulum y los deterioren. Se estima serán 900 mil pasajeros los que atienda este tren, contra 70 millones de pasajeros en el NAICM, con un costo de construcción de aproximadamente la mitad del aeropuerto. En general los trenes de pasajeros son subsidiados porque no son rentables, lo que implica altos costos fiscales en operación y mantenimiento.

De ahí la duda. ¿Qué hay atrás de la consulta-encuesta del NAICM? ¿por qué solo aplica a este proyecto? No estoy en contra del tren maya. Me parece importante. Deben realizarse los estudios que determinen su viabilidad en términos de beneficios reales y también someterse a consulta en congruencia con la estrategia de gobierno.

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