Rosario Guerra

Sí, pero no así

Queremos festejar a las madres, pero no con discursos, sino con políticas públicas que atiendan sus múltiples necesidades como mujeres.

Queremos combatir la pobreza, pero no así, con dádivas que la perpetúan y sin empleo. La cara de la pobreza es de mujer. Por eso no hubo muchos festejos este 10 de mayo. Hubo protestas de las madres que buscan a sus hijos desaparecidos. No hay mayor dolor. Queremos seguridad, pero no así, con militarización y sin resultados. Con hijos reclutados por el crimen organizado en forma forzada. Queremos que nos ayuden en la crianza de nuestros hijos, pero no así, sin estancias infantiles y sin programas para atender a la primera infancia, básica en la formación del ser humano.

Queremos festejar a las madres, pero no así, con discursos. Queremos los refugios para mujeres maltratadas y sus hijos. Queremos seguridad social para las madres trabajadoras. Queremos mejores salarios y mayor capacitación hacia los nuevos empleos y las tecnologías de la información. Los empleos informales permiten la subsistencia de las madres jefas de familia, cerca del 30 por ciento a nivel nacional. Pero no se accede a un bienestar.

Queremos una mejor educación, pero no así, con programas sin bases pedagógicas, sin planes de estudio sólidos, sin exámenes de calidad, sin participación de maestros y padres de familia. Nuestros hijos son el más preciado tesoro. Por ello salimos a buscar el sustento, los dejamos a cargo de la vecina, la amiga, que a veces se vuelven abusadoras. Queremos que el Estado comparta esta responsabilidad de cuidar a nuestros hijos, de darles una buena educación, de calidad. No queremos ideologías, queremos ciencia y desarrollo de la personalidad. Libre pensamiento, con visión crítica y de investigación.

Queremos salud sexual, pero no así, con leyes que no ayudan a la adolescencia a informarse, cuidarse y responsabilizarse, por dogmas o tabúes respecto a su sexualidad. Queremos se traten a los niños con cáncer y a los enfermos terminales, pero no así, mandándolos a morir en casa, bajo el cuidado de las madres y sin apoyos para enfrentar el terrible desenlace.

Queremos prensa libre, pero no así, con periodistas asesinados por crimen organizado o por caciques políticos. Mujeres en Veracruz fueron ahora las víctimas. El control de radio y Tv por el Estado, con amenazas a dueños de medios y expulsión de periodistas. Queremos crítica, pero no así, en mañaneras que fijan una agenda que nada tiene que ver con nuestras necesidades, con los feminicidios, con los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia. Con nuestros derechos humanos, somos la mitad de la población y queremos respeto, no invisibilidad.

Queremos justicia, pero no así, con una SCJN amenazada, ideologizada, que perdió su independencia para defender nuestros derechos humanos. Que actúa para proteger al hermano del Presidente, que especula con los votos de la LIE. Que simula autonomía y se repliega. Aplaudimos a jueces y magistrados que toman con lealtad su cargo y emiten sentencias apegadas a derecho, pese al clima de descalificación.

Queremos un país fuerte, pero no así, con caída de la economía y del empleo. Evitar roces con nuestros socios comerciales y alianzas con las dictaduras latinoamericanas. Recuperar nuestra posición internacional como un país confiable, con respeto al Estado de derecho y que cumple los tratados internacionales que suscribe.

Queremos más transporte público, pero no así, sin calidad ni buen servicio. Necesitamos más líneas de Metro, pero no así, con corrupción, sin mantenimiento, y que para investigar contratan empresas, no les gustan sus resultados, que explican las responsabilidades de los actuales servidores públicos, por sus omisiones.

Queremos más transporte aéreo, pero no así, con peligro de nuestras vidas. Forzar vuelos al AIFA es ir contra nosotros mismos. No es internacional, no está certificado. No hay transporte que nos conduzca, es caro ir, no hay servicios y se forzarán vuelos, al cerrar varios en el AICM, que por no tener recursos para mantenimiento, cada vez está peor. Pero pagamos el TUA por un aeropuerto de calidad internacional, que no se hizo.

Queremos a México, pero no así, dividido y polarizado. Un Presidente debe representar a la nación, a todos los mexicanos, simpatizantes o no de sus causas. Recuperar la convivencia armónica de lo diferente es lograr que impere la tolerancia y la pluralidad, elementos básicos de la democracia.

Queremos una mejor salud pública para todos, pero no así, con escasez de medicamentos y médicos cubanos. Aquí hay talento y muchos médicos, hijos nuestros, que merecen oportunidades. Fracasó el InsabiI, pero aceptarlo no es una derrota, es reconocer que se tomaron malas decisiones, pero que se van a corregir. Acabar con laboratorios, con compras consolidadas y con distribución de medicamentos por supuesta corrupción fue no entender cómo funciona el sistema nacional de salud. Los médicos no son culpables.

Queremos menos muertos por COVID, pero no así, con boletines de prensa y declaraciones absurdas que falsearon el peligro que enfrentamos. Los médicos tienen vocación humanitaria, pero algunos prefieren un cargo, a una vida.

Queremos investigación y becas, pero no así, para que nuestros hijos ya no quieran regresar a México, por violento, falta de empleo y bajos salarios. La investigación y la formación de expertos debe apoyarse. Lo hecho por las instituciones públicas es atroz. Retraernos de los adelantos científicos, negar oportunidades a nuestros hijos de salir a estudiar al extranjero, y apartarnos del desarrollo, nombrando investigadores a amigos irresponsables es un crimen.

Las mujeres, madres en su mayoría, estamos muy preocupadas por el futuro de nuestros hijos. No nos gusta lo que les espera. Todos tenemos las mismas causas, son las mismas demandas. Su fallida atención nos entristece, pero seguimos las mujeres en pie de lucha. Felicidades a quienes decidieron dar vida.

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