Los datos y las tendencias de criminalidad confirman lo que los encuestados perciben: se agrava la violencia en el país.
El dilema de la CDMX no es el retorno a un pasado de oscurantismo o antiderechos. Ese es un distractor de lo esencial en forma de argumento de autoridad.
Es una pérdida de tiempo buscar la solución única y definitiva al problema de la seguridad.
En nuestro país gana terreno una perversa forma de censura: la que prescribe el miedo, la cautela, la precaución.
Arturo Zaldívar construyó su presidencia en la Corte con el cuento de la cercanía estratégica ante un Presidente particularmente popular.